Iniciativa Porteña se ofreció a negociar las condiciones de la disolución del ente, pero Darío Moreno se negó

El pasado martes el pleno del Ayuntamiento rechazó la disolución del Consell Agrari con los votos en contra de Iniciativa Porteña, Compromís y PP,

«aunque cada uno teníamos y tenemos motivos diferentes para negarnos a esa disolución en las condiciones que pretenden imponer desde Alcaldía»

Según explica González,

«el grueso del gasto del Consell Agrari se produce en la guardería rural, que entre los agentes que tiene y el compromiso de cubrir las plazas pendientes, contará con treinta sueldos que pagará el ayuntamiento sin ser de su competencia, lo cual supone un gasto de más de 1,5 millones de euros, que podrían dedicarse a otros fines»

Iniciativa Porteña intentó abrir negociación antes del pleno,

«y pusimos sobre la mesa la opción de aprobar esa disolución, pero con la condición de estudiar la posible extinción de la guardería rural. Estábamos dispuestos a aceptar la integración con el compromiso de la no cobertura de las plazas que quieren sacar y con la amortización progresiva de los puestos de los guardas conforme se fueran jubilando. Ese era nuestro punto de partida, pero estábamos dispuestos a negociar»

Según explica el portavoz de Iniciativa Porteña,

«en los informes iniciales de los técnicos municipales, también se valoraba esa reducción progresiva de la guardería rural e incluso se hablaba de adaptarlos a otras funciones municipales, y en ese camino IP hubiera dado su apoyo. Pero claro, el colectivo de agricultores puso como condición el mantenimiento y refuerzo del actual servicio y Darío Moreno cedió ante esa propuesta, algo que Iniciativa Porteña no puede aceptar»

Un millón y medio nos cuestan los guardas rurales

González ha incidido en la negativa de IP a la propuesta de disolución

«no la aceptamos porque vuelve a caer en el error de incluir el mantenimiento e incluso ampliación de las plazas de la guardería rural, algo que desde Iniciativa Porteña consideramos inaceptable. Pretender cargar a los grupos que no aceptamos la integración en estas condiciones, el muerto de la mala gestión del Consell agrari, es un indicativo de la falta de capacidad de negociación de Darío Moreno, que nuevamente ha permitido que se vea la debilidad de su equipo de gobierno»