Cada vez que criticamos la falta de atención prestada a nuestro patrimonio industrial, sale a la palestra el alcalde con sus historias sobre la presunta inversión que se ha realizado en este legado a lo largo de la presente legislatura. No obstante, la realidad es tozuda y quienes nos preocupamos por este tema, lejos de creernos a este vendedor de humo, palpamos de cerca el abandono real de diferentes elementos que constituyen una parte muy importante de la historia de El Puerto.
Quico Fernández se llena la boca con la inversión realizada por la Generalitat para adquirir la nave de talleres al gobierno central, en un intercambio de fichas que más bien parece una tomadura de pelo más. Antes los ciudadanos éramos dueños de esa nave pues su propietario era el estado, y ahora seguimos siendo dueños de un edificio que a pasado a manos de la Generalitat; muy a pesar de lo que diga el alcalde, esa nave sigue sin recuperarse para su uso.
Afirma el presidente de la corporación que en el Pantalán se invertirán cinco millones de euros, algo que se tendrá que ver en próximos ejercicios, pero Quico, no tiene ningún inconveniente en apuntárselo como éxito adelantándose en el tiempo; ya veremos en qué queda esa rehabilitación. Han abierto el Horno Alto, después de mantenerlo cerrado durante una larga temporada. Lo que no entiendo es como se atreven a inaugurarlo, como si lo realizado hubiera sido una gestión sobresaliente.
Se adelantan a apuntar como ya invertido el dinero de restauración de la Casa Gerencia o Casino, cuando no veremos mover un ladrillo en esta legislatura. Se apuntan la inversión en las oficinas de la Gerencia, cuando esa inversión viene desde 2010. Afirman que se han gastado 150.000 euros en el Museo Industrial, cuando en realidad aún está pendiente de finalizar y de musealizar.
Sacan pecho por la remodelación de un chalé en la Gerencia, pero me parece un despilfarro gastarse más de 200.000 euros en una restauración que se ha quedado en cuatro paredes diáfanas, sin uso pues no puede utilizarse porque no tiene siquiera los servicios mínimos para realizar cualquier actividad. Le venden la cabra al colectivo de la tercera edad, prometiéndoles una inversión en la Cope para convertirla en CEAM, pero en esta legislatura difícilmente verán un proyecto creíble.
Han dejado caer la Casa Noguera en manos privadas, al igual que la residencia de Aznar o casa amarilla de la playa, como la llaman algunos. Y así podría seguir enumerando algunas cuestiones menores…La sensación que nos queda cuando está concluyendo la legislatura, es que nuestro Patrimonio Industrial está peor conservado, pues el paso del tiempo es inexorable… mayo del 2019, está cerca.
Atentamente:
Manuel González Sánchez
Portavoz de Iniciativa Porteña
