El popular barrio de Wichita debe su nombre a una película del oeste de los años cincuenta del siglo pasado, cuando se construyeron estas viviendas protegidas. Esta película llevaba por título en español “Wichita, ciudad infernal”, aunque a mis oídos llegó (y a otros muchos vecinos) como “Wichita, ciudad sin ley”. La película narraba los acontecimientos que sucedían en esta lejana localidad del estado de Kansas, en el oeste norteamericano, donde imperaba la ley del más fuerte. Dado lo alejada del centro urbano que en aquellos años caía esta nueva barriada de El Puerto, como si estuviera fuera de la ley, los porteños pronto popularizaron este nombre tan peliculero para esta zona nueva. Incluso dio nombre al transporte urbano en autobús que circunvalaba la ciudad, el popular “wichitero”. De hecho, el nombre oficial de Salas Pombo asignado a la barrida, que hacía referencia al Gobernador Civil de la época, fue pronto olvidado por sus vecinos, imponiéndose el nombre de Wichita.
Pasaron los años, cambiamos de siglo y el olvidado Salas Pombo, reapareció hace ya varias semanas en los medios de comunicación tras la decisión del Consell del Gobern de la Generalitat de reemplazar el nombre de este grupo de viviendas, por el de Mujeres Sindicalistas. La motivación se encuentra en la aplicación la ley de la Memoria Histórica, que obliga a eliminar de la toponimia aquellos nombres vinculados o de clara referencia al franquismo.
En buena lógica y puestos en reformas o cambios de nombre, el sentido común nos dice que lo más racional sería adoptar el nombre con el que popularmente se conocen las cosas. Pero no, aquí se impuso por decreto el nombre que decidió el Consell sin consular con nadie, ni siquiera a los ayuntamientos implicados.
Así las cosas, Iniciativa Porteña presentó una moción para que se instará al Consell a adoptar el nombre de Wichita en lugar del que arbitrariamente habían adoptado. La moción fue retirada para que se debatiera en la Comisión correspondiente.
Tras varias idas y venidas a dicha Comisión en las que tanto Compromís como Izquierda Unida querían mantener el nombre propuesto por el Consell, llegó el Decretazo de la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Sagunto que adoptaba un nombre «mixto» ‘Mujeres Sindicalista del barrio de Wichita’, tan impuesto como absurdo. De nada han servido nuestra petición de dar voz a los vecinos del barrio, utilizando para ello la Delegación de Participación Ciudadana; tan sólo ADN Morvedre (Podemos) apoyó nuestra propuesta, pero como vemos pesa poco en este gobierno a cuatro bandas. La verdad que no sé para qué sirve esta vistosa Delegación, ni tan poco la carta de participación ciudadana, como tantas y tantas otras cosas que ocupan el tiempo de los Concejales del equipo de gobierno y su ejército de liberados.
Pero es lo que tenemos y lo tendremos que aguantar al menos durante los próximos 10 meses.
Sergio Paz Compañ
Concejal en el ayuntamiento de Sagunto por imperativo legal
