AD LIBITUM – Carolina Fuertes (Concejala de IP)

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Hay una frase con la que comienza en el año 51 a.C. del filósofo Cicerón que dice ‘‘El que seduce a un juez con el prestigio de su elocuencia, me parece más culpable que el que lo corrompe con dinero’’. Y toda aquella persona que lo comprenda, sabrá a qué me estoy refiriendo.

A veces utilizamos unos términos y usamos un lenguaje poco frecuente, lo cual lleva a que no se nos suela entender. Pero esto va más allá. Hay que ser llano, transparente y, si además, a toda esta combinación -como en los dibujos de las Super nenas- le añadimos valores diferentes tales como carisma, don de gente y saber sonreír, nos sale un mix perfecto.

En nuestros días, sigue apareciendo, en las diversas situaciones, cómo la historia es cíclica. Cómo ganan unos, pierden y después, automáticamente ganan otros, pero siempre hay un punto en común: el interés -aquel que decía mi abuela, que en paz descanse, y a la que tanto quería: por el interés, te quiero Andrés-.

Pero vamos a hablar de personas. Sócrates fue el primer filósofo en decir que el alma es algo característico del hombre y es la sede del pensamiento y de los valores morales. Es más, nos enseñó que el conocimiento es la búsqueda del saber y con él, del mejor vivir, de la virtud y del fin único, común y supremo: el bien. Comprendemos que, si el valor final es el bien y todo lo que se hace es por y para el bien de la ciudadanía, ¿por qué no se actúa así desde el principio y no al final?

Todas estas reflexiones están muy bien, pero a él, se le olvidó una cosa: el famoso interés del que hablaba antes. El primer año hay interés por la ciudadanía; qué les ocurre, qué les pueden mejorar, cómo se les puede hacer, pero después, esto ya va decayendo. ¿Y sabéis por qué? Porque entra otro elemento de la mano de Maquiavelo descrito en su obra El Príncipe (1513): el poder.

Muchas veces estos conceptos no van muy unidos, pero sí se necesitan unos de otros. De todas maneras, e igualmente, lo que sí cabe decir es que, como decía Sun Tzu La estrategia sin tácticas es la ruta más lenta hacia la victoria. Las tácticas sin estrategia son el ruido antes de la derrota’’.

Carolina Fuertes Gallur

Concejala de Iniciativa Porteña

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