POLVO SOMOS Y EN POLVO NOS CONVERTIREMOS – Carolina Fuertes (Concejala de IP)

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Dado el mes en el que nos encontramos, es cierto que llevamos arrastrando una cierta temperatura que está por encima de nuestras posibilidades. Todo eso gracias al cambio climático y la acción humana, todo sea dicho. Por eso, como dijo el filósofo ‘‘el clima está cambiando, nosotros también deberíamos.’’

  Sí es bien cierto que estamos pasando por épocas donde no sabemos muy bien si coger el chubasquero porque, de repente y sin sentido alguno, se pone a llover por la mañana y, en ese mismo día, llega por la tarde y sale un sol radiante y, por supuesto como no podía ser de otra forma, abrasante. Esto afecta a muchas cosas, entre ellas lo olores de la basura, por ejemplo.

  Es curioso por cómo esto no parece importante pero, en el fondo, sí lo es. Por ejemplo, y con esto voy a explicar a qué me refiero. En nuestro pueblo se ha detectado una cuestión a debatir muy importante y que, curiosamente, lleva desde hace bastante tiempo así: la suciedad.

  Vivimos en una zona donde, desafortunadamente, prolifera la suciedad. Y esto es muy importante dado que eso, en verano, y dado el calor del que hablaba anteriormente, afecta de manera directa. Y es que, como diría Butulescu ‘‘dice la suciedad: la limpieza mancha’’, pues creo que con esto se puede ir entendiendo a lo que me refiero. Podemos encontrar a nuestras calles, nuevamente por cierto, la suciedad abundante. Y esta no es solo aquella a la que hace referencia y proviene de bichos, animales varios, etc. -que también son una consecuencia de la causa principal-, sino a los contenedores.

  Y es que no somos conscientes, porque tampoco nadie nos ha informado de ello, vamos a ser realistas de que la generación de residuos a nivel general y, en concreto, cuando no se toma una causa una serie medidas para optimizar su limpieza, genera una serie de perjuicios y/o problemas a varios niveles: por ejemplo, nivel medioambiental: contaminación de los suelos, agua y atmósfera; impacto ambiental; alteración de la vida de las especies; a nivel social y económico: contaminación ambiental asociada a un aumento de la pobreza; aumento de las inversiones y del gasto para descontaminación y gestión de los residuos; y a nivel sanitario: aparición de enfermedades y plagas asociadas a la contaminación por residuos. 

  Precisamente por ello, solo podemos añadir que ‘‘el que de ida ensucia, de regreso limpia’’.

 

Carolina Fuertes Gallur

Concejala de IP

 

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