El pasado miércoles se abrió la caja de los truenos en el Ayuntamiento de Sagunto, con la intervención de gran envergadura, llevada a cabo por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF). A primera hora de la mañana, fueron tomados por este cuerpo especial, las dependencias municipales en las que se desarrollan los servicios administrativos y gestión de este Ayuntamiento.
Lo más llamativo de toda esta actuación, es el despliegue de medios de comunicación que invadieron el Camí Real a las puertas del Ayuntamiento. A partir de ahí, las portadas de los más importantes diarios nacionales recogieron la noticia con el debido sensacionalismo que hoy en día impregna todo aquello relacionado con la corrupción.
En este turbio asunto quiero destacar la actuación del actual Alcalde que entendió rápidamente la gravedad de las acusaciones y, a diferencia de otros líderes políticos, no ha querido especular con el resultado de la investigación. Agilidad, máxima colaboración con la justicia, puertas y cajones abiertos para lo que sea necesario y advertencia de que será implacable si al final se determina que ha existido corrupción. Enhorabuena a Quico Fernández porque ha demostrado ser un Alcalde a la altura que requiere la gravedad de este momento. Rápida convocatoria de Junta de Portavoces, explicación de lo poco que se sabía el miércoles a mediodía y petición de prudencia hasta conocer más detalles.
Al igual que han hecho otros portavoces, por mi parte ya he explicado que en aquello que sea necesario Iniciativa Porteña mostrará la máxima colaboración con la justicia. Si finalmente se demuestra que ha existido cualquiera de las barbaridades que he leído en los medios, seremos los primeros en exigir responsabilidades políticas o técnicas si las hubiere. Hasta aquí todo claro.
A los políticos se nos pide este grado de cordura y saber estar, aunque no observo esa misma prudencia entre muchos de esos ciudadanos que nos lo exigen, que se dejan llevar, pues también quiero hacer una observación, ante el linchamiento que se está produciendo cuando ni siquiera se sabe con certeza si los acusados de manera directa por los medios de comunicación, son responsables de haber cometido alguna ilegalidad. Tengo que recordar que de momento la actuación política de estas personas, porque son personas como usted y como yo, con familias como la suya o la mía, como digo, su actuación está en “en tela de juicio”.
Según se puede encontrar en varios artículos en la red, cuando una actuación determinada se pone “en tela de juicio”, es porque se tienen dudas al menos acerca del éxito, la certeza o la legalidad de alguna cosa. Al parecer el origen de esta asociación de palabras viene de la antigua Roma, en lo referente a los asuntos de derecho, y cuando se refiere a la palabra “tela”, no lo hace refiriéndose a un tejido, sino que proviene de “telum”, en latín plural de palestra o empalizada, donde se archivaban temporalmente los expedientes cuya resolución debía esperar. El caso es que por una cuestión u otra al no estar concluidos, sobre esos expedientes recaían dudas y especulaciones de todo tipo entre la población.
Ahora mismo cuando la investigación de unas presuntas ilegalidades no ha hecho más que comenzar, en la calle, en las redes sociales y en cualquier rincón de nuestra población, se está poniendo en “en tela de juicio”el trabajo desarrollado años atrás por un grupo de concejales que están siendo investigados, según se desprende de la nota de prensa del Tribunal Superior de Justicia. Esos enjuiciamientos están derivando en algunos casos en el linchamiento verbal, sin que ni siquiera esté resuelta la fase inicial de la investigación. Sinceramente pienso que esa crueldad es demasiado precipitada, esperemos a que la justicia resuelva, y si es así que haya condenas, pero por favor le pido a los ciudadanos que no ajusticiemos a nadie, sin entender siquiera que mientras no haya condena, existe la presunción de inocencia, aunque quienes estén en “en tela de juicio” sean rivales políticos.
Atentamente:
Manuel González Sánchez
Portavoz de Iniciativa Porteña