POR NUESTRO PATRIMONIO INDUSTRIAL – Sergio Paz (Concejal de Iniciativa Porteña)

 

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 Hace treinta y dos años, del Horno Alto número 2 salió su última colada. La «Fábrica» enmudeció para siempre, pasando a la historia la producción de acero en El Puerto y en la Comunidad Valenciana.

  Entonces comenzó una de las más tristes etapas de la breve historia porteña, la del desmantelamiento de la siderúrgica integral a golpe de dinamita. Desapareció casi todo, naves, chimeneas,  diversas instalaciones  y dos de sus tres Hornos Altos, quedaron reducidos a chatarra y escombros; tan sólo el Horno Nº 2 sobrevivió, pero no íntegramente. Se cerró una empresa y con ella se quiso borrar nuestra memoria e identidad como pueblo.

    Pero algunas cosas se salvaron aparte de este Horno, exponente histórico-cultural de primer orden, como fueron las Naves de Talleres Generales, la Nave de Efectos y Repuestos, el Taller Eléctrico o El Pantalán; y por supuesto buen número de edificios de que las empresas minero-siderúrgicas levantaron durante 80 años en El Puerto, como el Barrio Obrero, el Sanatorio, el Recinto de la Gerencia, también las escuelas y la iglesia de Begoña. Además está el importantísimo legado documental y fotográfico. Y por su puesto algo que jamás podrán destruir, nuestra memoria.

    Todo este legado constituye nuestro Patrimonio Industrial, que sigue sin rehabilitar y poner en valor 30 años después.      

    La Nave de Talleres Generales cerrada a cal y canto, después de una inversión millonaria; los chalets de la Gerencia y El Economato se nos caen a trozos, aunque gracias al empuje de IP hoy este recinto es público. Y el Horno Alto, completamente rehabilitado, con un ascensor no operativo por cuestiones burocráticas, acaba de cerrar de nuevo sus puertas. Cerrado porque la Fundación(sin ánimo de lucro) que lo gestiona está asfixiada económicamente, sin recursos para costear sueldos u  obligaciones fiscales porque sus patronos llevan dos años sin pagar. Esta Fundación la preside la Conselleria de Cultura, y el Ayuntamiento de Sagunto como patrón más interesado debería tener una mayor implicación. Sin embargo, ninguno de los dos ha pagado ni el año pasado ni este.

    ¿Cómo se quiere mantener y potenciar el Patrimonio Industrial si las administraciones implicadas no ponen recursos? ¿Así potencian nuestro atractivo turismo?

    La falta de voluntad política, manifestada en pasividad, abandono y desidia, gobierna el Patrimonio Industrial en nuestro pueblo. Ante todo esto los ciudadanos ya comienzan a estar hartos de tanta indolencia.

     Nuestro Patrimonio Industrial es nuestra historia e identidad, sin él no podemos reconocernos. Sin él, flaco favor hacemos a nuestros antepasados que hicieron posible el nacimiento de El Puerto; sin él, pobre legado dejamos a nuestros descendientes.

Sergio Paz Compañ

Concejal del Grupo Político Iniciativa Porteña

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