En la empresa en la que trabajo, se está desarrollando un encomiable trabajo en el terreno de la Seguridad. La formación de los trabajadores sirve para prevenir y aplicar las medidas necesarias en las tareas de prevención y eliminación de riesgos, así como para entender que cuando se produce un accidente, hay que estudiar las causas en profundidad, ver donde se ha fallado y donde hay que actuar para que el accidente en cuestión no vuelva a producirse.

Ese mismo procedimiento de estudio, conclusiones y prevención, es aplicable a otras cuestiones que se nos plantean cada día. Como ejemplo, pienso que desde el Ayuntamiento, se debe dar respuesta a lo sucedido con la Plaza Ángel Perales, un minúsculo solar de 1298 m2, por el que entre todos los ciudadanos del Municipio vamos a tener que pagar 5,2 millones de euros, una cantidad que puede verse incrementada si los tribunales así lo consideran.

Algo que se aprende en el estudio de accidentes, es que hay que analizar bien las causas, porque de lo contrario podemos precipitarnos a la hora de extraer las conclusiones finales. No se si ustedes habrán visto la película “el maquinista” dirigida por Brad Anderson. En ese film, se produce un accidente. Mientras un operario reparaba una máquina determinada, otro, en un descuido la pone en marcha, sin que actúen los paros de seguridad, amputándole el brazo al que estaba efectuando la reparación. Sin lugar a dudas, muchos de ustedes apuntarían con su dedo acusando al segundo operario como el responsable del accidente. Pero estudiando más detenidamente el tema, se observan un montón de imprudencias básicas, destacando que además de no funcionar el paro de seguridad, se tenía que haber consignado la máquina (quitar tensión) y, además se debería haber bloqueado mecánicamente. Fíjense, con que se hubiera aplicado cualquiera de las tres medidas de seguridad, no se habría producido el accidente. Por lo tanto, la responsabilidad del operario que pone la máquina en marcha es cuestionable, puesto que no se tenía que haber dado esa posibilidad.

En el caso de la Plaza Ángel Perales se está produciendo una situación similar. Es un procedimiento que viene desde el 22 de mayo de 1995, cuando era Alcalde Manuel Girona. En aquel momento decidieron inaugurar una Plaza asentada sobre un solar, que estaban advertidos de que no era de propiedad Municipal. Este es el primer hecho que nos ha conducido a la situación actual. A partir de ahí, el intento de negociación por parte de los propietarios y una serie de decisiones que son muy fáciles de cuestionar desde la distancia. Así, el portavoz del Bloc, Francisco Fernández, en lugar de parar y pensar, se ha dedicado estos días a centrar sus ataques en una decisión tomada hace 4 años. Intenta centrar el origen de este desastre en que el Equipo de Gobierno, aconsejado por un informe de los técnicos, decidió la retirada del ayuntamiento del procedimiento. Ese es un posible error y hay que asumirlo como tal, pero lo que no puede hacer el señor Fernández es hablar de corrupción y no se cuantas barbaridades más sin tener claro el cómo y el porqué se ha llegado a este punto.

Existen varios hitos en estos casi 20 años. Y el portavoz del Bloc, hace muy mal en apuntar con el dedo, puesto que él mismo ha sido participe en decisiones que de no haberse producido, habrían cambiado el curso de los acontecimientos. En la etapa de gobierno del tripartito,  se ofreció al Ayuntamiento por parte de los propietarios, la posibilidad de adquisición del solar por una cantidad inferior a los cien millones de las antiguas pesetas. EU estaba a cargo de la concejalía de Patrimonio y contratación y el Bloc estaba en el Equipo de Gobierno. Sin embargo, esa propuesta jamás fue contestada. En esa etapa, el Ayuntamiento perdió en dos ocasiones en los tribunales ante los propietarios del solar. Y ese equipo de gobierno en el cual se encontraba el señor Fernández, decidió encalar el tema y seguir recurriendo. Tuvieron la oportunidad de negociar, puesto que había predisposición por parte de los propietarios, pero la arrogancia de ese Equipo de gobierno nos llevó directamente al Jurado del Justiprecio. Pero claro, eso  ya ocurrió en la siguiente legislatura.

El Jurado del Justiprecio estableció una valoración de casi 700.000 euros. Coincidiendo con la entrada de SP en el equipo de gobierno, se decidió pagar esa cantidad con el fin de acabar con esta sangría para las arcas municipales. Los propietarios aceptaron el pago, pero al mismo tiempo recurrieron ante el TSJCV. Y efectivamente, en diciembre del año 2008, la TAG de Patrimonio y contratación y la Jefatura de ese departamento, elevaron un informe en el que instaban a la retirada del procedimiento que fue aprobada por la Junta de Gobierno. Finalmente, el TSJCV estimó el recurso de los propietarios, resultando que en la sentencia a los 1298 m2 del solar les aplican una edificabilidad de 2,17 m2/m2t, con un valor reconocido de 800 €/m2t,  con un 5% de afección, con un 25% por la ocupación forzosa y condena al Ayuntamiento además al pago de los intereses generados por esa cantidad desde la fecha de la ocupación de la plaza (mayo de 1995) en total los 5,2 millones de euros. Un desastre que puede ser mayor, puesto que los propietarios han vuelto a recurrir, esta vez al Tribunal Supremo pidiendo 12 millones de euros.

Desde Segregación Porteña queremos que se estudie más a fondo este Expediente, para lo que hemos pedido la creación de una comisión de investigación. No buscamos ensuciar más la vida política de este municipio. Estoy convencido de que los que tomaron las decisiones, lo hicieron entendiendo que hacían lo más conveniente para los intereses municipales. Pero como he dicho al principio, es necesario estudiar el tema, hablando con todos los implicados en la toma de decisiones, sacar conclusiones y tomar las medidas necesarias para que accidentes  como el de la Plaza Ángel Perales no se vuelvan a repetir.

                                                                                   Atentamente:

    Manuel González Sánchez

          Portavoz de SP en el Ayuntamiento