El Puerto lleva décadas “resignado” a no tener tren, de pasajeros se entiende, porque el servicio ferroviario de mercancías se viene prestando casi ininterrumpidamente desde 1.907, año en el que bajó el primer tren cargado con mineral de hierro procedente de Ojos Negros. Sin embargo,transcurrido un siglo, exceptuando el lapso de tiempo (alrededor de 30 años) en el que funcionó el Trenillo (que recordemos era un enlace entre El Puerto y Sagunto) los habitantes de este industrial pueblo seguimos sin tener comunicación férrea con el resto de la red viaria.

Este sistema de transporte es utilizado por muchos porteños que se desplazan diariamente a estudiar o a trabajar a Valencia, Castellón y sus respectivas áreas metropolitanas. Muchos utilizan el transporte privado dada la “comodidad” que ofrece el mismo (aunque resulte más caro), otros el autobús y una cantidad nada despreciable tiene que subir a diario a Sagunto en su coche -la subida en autobús se hace interminable- para coger el tren. Y no olvidemos la comunicación hacia el interior de la comarca y Teruel, que aunque utilizada en menor medida, también es sumo interés.

Si este servicio estuviera al alcance real de los ciudadanos de El Puerto (Canet de rebote también se vería beneficiado) y no virtualmente con los absurdos y carísimos proyectos que de cuando en cuando aparecen en el mundillo político, como el Civis o el “autobús lanzadera” hasta la estación de Sagunto -que no responden a la demanda de la ciudadanía y a su necesidad de transporte público- supondría un gran revulsivo económico y social. Y no sólo para los que viajan fuera de nuestra localidad, sino también para nuestros potenciales visitantes, que con la magnífica playa que tenemos y un Patrimonio Industrial puesto de una vez por todas en valor, tendría un éxito garantizado.

 Pues bien todas estas razones parecen no querer convencer a los mediocres políticos locales, que en su obstinada lucha contra la independencia municipal de El Puerto, y para que la estación de ferrocarril de Sagunto no pierda su relevancia, se empeñan también en aislarnos de la comunicación férrea. Así y a pesar de varios acuerdos plenarios en este sentido, los gestores del gobierno saguntino no han movido ni un dedo para solucionar de una vez por todas, el transporte férreo de pasajeros para El Puerto. Cortedad de miras esta, bisoñez política que impide una vez más reconocer la realidad geográfica y social en que vivimos, y que repercute una vez más en la calidad de vida de los ciudadanos y en su economía.

Como ejemplo, el de un municipio próximo, el de Gandía -con dos núcleos de población el Grao (población menor costera, pesquera  y turística) y Gandía (población mayor hacia el interior, comercial y de servicios) que no han tenido inconveniente en acercar los servicios al ciudadano, dado que en la pasada legislatura la corporación municipal decidió invertir todo el dinero que les correspondía del Plan E en hacer la línea férrea que les conectara con el Grao.

Aquí en El Puerto, la inversión sería de un rango muy inferior ya que tan solo hay que prolongar la línea que hoy día utilizan las industrias (principalmente Arcelor) desde la curva de Ferrodisa, hasta la palmereta (donde funcionaría como un tren de cercanías) y desde aquí hasta la playa -sobre la reserva ferroviaria existente- como tranvía; algo más de 1 kilómetro de nuevo trazado de vías, a las que habría que añadir las paradas correspondientes. Pecata minuta dentro de las grandes inversiones en infraestructuras que vemos a diario en los medios de comunicación, por comparar las del AVE.

En definitiva la pelota está en el tejado político -como casi siempre- ya que la solución técnica existe, el dispendio económico sería pequeño y el beneficio social y económico enorme. Así el TEN-TRAMVÍA para el Puerto es perfectamente factible; tan sólo hace falta la voluntad política de llevarla a cabo, casi nada.

Desde SP, así lo consideramos y está es nuestra propuesta.