La globalización saguntina

El antiguo imperio romano sometió a los pueblos que habitaban alrededor del Mediterráneo (que se atribuyeron como propio y por eso denominaron mare nostrum) bajo la unidad política y cultural que impuso el poder de Roma. Poco a poco, y conforme avanzaron sus conquistas, Roma impuso su poderío militar al resto de civilizaciones (galos, celtas, íberos, cartagineses, fenicios, griegos, etc.) subordinándolas también económica, social y culturalmente. La asimilación cultural o romanización fue sin duda la guinda que coronó el pastel del imperio, que de esta forma legitimaba moralmente su dominio sobre los pueblos sometidos, que fueron perdiendo paulatinamente su identidad y pasaron a ser provincias romanas. Fue la primera globalización de la historia.

Lamentablemente  muchos siglos después, los porteños seguimos viviendo el mismo proceso, de una manera más directa en ciertas ocasiones o más sibilina en otras. Se trata de tergiversar nuestra historia, hacer desaparecer nuestras señas identitarias y simplificar nuestra cultura, que no es ni peor ni mejor, pero si distinta.

En este municipio dual, en el que por imperativo legal nos inscribe la Generalitat, El Puerto es gobernado desde la montaña -por porteños de nacimiento pero no de corazón- que siguen ignorando y menospreciando a la mayoría de los ciudadanos que lo integran y que residen en el pueblo que les vio nacer. Y para ello no les importa dinamitar y hacen añicos el Estado de Derecho –como quedó patente en el último pleno sobre el recurso de reposición del expediente de segregación- y lo hacen sin el más mínimo rubor, subordinando los deseos de la mayoría de los porteños -que así lo han expresado en sendos expedientes de segregación en conseguir su propio ayuntamiento- a los de su partido en Sagunto y al suyo personal, como “buenos” profesionales de la política, de la que muchos viven.

Si Gloria Calero intentó acabar con el topónimo como primer símbolo identitario o con nuestra bandera, Alfredo Castelló siguiendo tácticas más sibilinas, no tiene el más mínimo interés en que aflore cualquier seña identitaria porteña, toponimia incluida y sigue con su discurso de ciudad global (que nadie ve), pisoteando los sentimientos de los porteños, sentimiento al que él hace tiempo renunció en aras de su carrera política. Como ejemplo basta ver los carteles de algunas obras emblemáticas que se promovieron desde el gobierno de SP: en el del museo industrial se puede leer “Museo de la industria de Sagunto” y en la de las antiguas oficinas de AHM el sutil subtítulo de “Sagunt suma de cultures”. Por no mencionar algo tan porteño comola Fundación de Patrimonio Industrial de ¿Sagunto?, que sigue sin cambiar de nombre, año y medio después de que se adoptara un acuerdo plenario al respecto (incluso al alcalde le gustaría verla desaparecer).

Y lo triste o curioso del tema es que tanto Castelló como el resto de dirigentes políticos locales saben perfectamente que esto no tiene solución, que razones económicas, sociales y demográficas explican un conflicto que llegó hace tiempo al punto de no retorno. Que de esta situación de desgobierno crónico que sufre este municipio dual desde tiempo inmemorial, solamente se puede salir de una manera y esta no es otra que concediendo la segregación y que cada pueblo haga su vida en armonía, progreso y libertad. Todo lo demás es poner paños calientes encima del brasero, lejos de enfriarlo, aviva la llama.

También son conscientes que en situaciones de crisis como la actual, prolongar esta situación es agravar las consecuencias de la misma y retardar la proyección de futuro, tanto para El Puerto como para Sagunto. Una situación que entorpece y ha entorpecido históricamente el desarrollo y crecimiento de nuestras dos ciudades, y que en definitiva lastra el porvenir de los ciudadanos.

Pongamos dos ejemplos que afectan a las dos ciudades. Seguro que muchos se preguntan ¿por qué los porteños no disfrutamos de un servicio ferroviario de pasajeros como cualquier otra localidad de similar o inferior población? La respuesta es sencilla y los motivos no son de índole económico o técnico, sino otros, los políticos, y es que Sagunto no quiere perder preponderancia en una de las pocas cosas en la que todavía tiene el monopolio, el transporte de pasajeros por ferrocarril. Conscientes de esta mejora social y económica para miles de porteños en sus desplazamientos habituales, los dirigentes políticos, sin embargo, miran la cuestión con desgana –bien adoctrinados desde Sagunto- y con su aptitud impiden la puesta en marcha de este sencillo proyecto. Sin embargo sus desvelos son evidentes para que el AVE sea cubierto a su paso por Sagunto (algo inaudito en poblaciones similares o mayores, en esta infraestructura férrea) siendo que la solución más económica y técnicamente más factible hubiera sido desplazar el trazado más al este, como han hecho en Puçol; pero claro, esto ahondaría aún más si cabe la división entre los dos pueblos.

Mientras tanto a hacernos creer que somos saguntinos (resignadamente de segunda) y que todo es por el bien de la “ciudad global”, y dados los tiempos que corren para salir antes de la crisis económica que nos asfixia.

Mientras tanto cada vez que El Puerto pretenda reafirmar su autoestima, saldrá el alcalde de turno y sus acólitos para cercenarla, a ser posible sin que nadie se entere y mantener la calma social, siguiendo el dogma de un medido autismo hacia las justas reivindicaciones de un pueblo que tan solo quiere gobernarse así mismo, tener su propio ayuntamiento, como cualquier otro.

                                                                                 Sergio Paz Compañ

                                                                                 Concejal de Segregación Porteña

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4 comentarios

  1. Pues cada vez que intenten cercenarnos nos revolveremos….y a la siguiente saldremos con mas fuerza. Porque es NUESTRO DERECHO, y porque en los tribunales no se gana a los sentimientos..
    PORTEÑOS UNIOS!

  2. Ser porteño es un sentimiento, también revelarte contra algo que no compartes y que no te identificas en absoluto con lo que te quieren imponer, no nos parecemos en nada,tenemos una concepción muy distinta de cómo andar por la vida. Pero no es suficiente esta ilusión y estos deseos de ser un pueblo y regir nuestro propio destino sino conseguimos transformarlo en votos.

    Algo se está haciendo mal cuando lejos de incrementar concejales los perdemos, de esta situación depende evitar ser avasallados por Sagunto debería ser por tanto motivo de reflexión y estudio para retomar el camino adecuado.

    Nadie en su sano juicio pone en cuestión que somos dos pueblos diferentes condenados a vivir con un solo ayuntamiento.

    Es una evidencia que buena parte de los impuestos pagados en El Puerto se gasta en Sagunto, incrementa este atropello cada vez que el Bloc tiene responsabilidad de gobernar. El Bloc cuyo vivero de votos son esa parte de saguntinos que históricamente nos han insultado “la chentola del moll” “que menchen ferro” cuando el cierre de AH. cuyo único objetivo no es lo que venden de una gran ciudad sino saquearnos en su propio beneficio cualidad que forma parte de su forma de ser y que es una de las diferencias entre estos dos pueblos.

    El 60 – 40% es una norma de inversión que debería salir a la palestra en cada pleno hasta la saciedad por dos motivos principalmente uno por hacer justicia y el otro por ser la más potente reivindicación para llevarnos a nuestro objetivo la segregación de alguien que solamente nos quiere como los tontos que les financiamos sus mejoras de todo tipo.

    SP por tanto solo tiene un trabajo en el mal llamado ayuntamiento de Sagunto, defender nuestros intereses y nuestro dinero a pesar de la tremenda crisis de todo tipo que padecemos, oponerse a todo lo que se salga de este esquema olvidándose de los criterios utilizados desde siempre de “invertir donde haga falta” puerta por donde entra nuestra constante discriminación.

    Nuestro mayor problema es la casta política cuyo objetivo es vivir toda su vida del dinero público olvidándose que el ejercicio de la política es un servicio al ciudadano, se meten en un partido y a partir de ahí se olvidan de donde han nacido, que pueblo les ha visto crecer y quien les ha arropado con su cariño, defienden lo indefendible y son capaces de vender a su propia madre si es preciso esto es lo que tristemente pudimos comprobar en el último pleno.

  3. Me pregunto donde habrá más ‘globalidad’ si en Sagunto o en el Puerto, porque si mal no estoy es en el puerto donde confluyen las culturas desde sus origenes: Vascos, Aragoneses y andaluces, ahora gente de otras nacionalidades y en Sagunto ¿si se ha dado ese proceso? Podemos decir que Sagunto es ‘global’ o en todo caso más ‘global’ que el Puerto?

  4. Tienes toda la razón Sergio,pero como decia mi abuelo,»clamar en el desierto es sermon perdido».Y esto es lo que está ocurriendo con nuestro alcalde,que por medrar politicamente se cisca en cuanto sea preciso.
    Que lastima que mas gente no sea capaz de ver la realidad.No por mas intentar imponer un absurdo ,se conseguira esa falacia de Ciudad Global.
    Siempre sere de mi pueblo, El Puerto,por mas que me quieran hacer comulgar con ruedas de molino.
    Animo pues a todos cuantos sentimos ser porteños,para que nos revelemos contra tanta desfachatez.Yo no quiero ser colonia saguntina,como tampoco lo quisimos ser de Roma en su momento.

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