Sobre la Ley para la Eliminación y Fusión de Municipios y de cómo puede influir en el futuro de El Puerto (por César Vera)

La  nueva Ley Valenciana de Régimen Local  autoriza al Consell a suprimir de oficio  municipios y estimular  fusiones de localidades cuando las condiciones económicas lo hagan conveniente. Las más afectadas serán las poblaciones inferiores a 500 habitantes. De cómo afecta esto a El Puerto y a su proceso de creación como municipio hay mucho de lo que hablar.

El diario Levante-EMV compara en su artículo a los municipios de menos de 500 habitantes con El Puerto o con Sagunto, algo que evidentemente no es lógico. Por lo tanto, los procesos que el PP pretende poner en marcha no pueden ni deben afectar al proceso actual de segregación demandado desde IP para constituir el nuevo municipio de El Puerto.

Si la ley que pretende impulsar el Consell (PP) se basa en agrupar sociedades o pueblos pequeños en uno mayor, para ahorrar gastos y no perder servicios, o absorber los pueblos grandes a sus limítrofes para mejorar costes, entonces está claro que eso no tiene nada que ver con nosotros ni con nuestros pueblos limítrofes.

Esas fusiones de las que habla el Consell se sitúan geográficamente en zonas con poco o muy poca densidad de población y mayoritariamente de interior, y en poblaciones o localidades periféricas o próximas a ciudades mayores. Absolutamente nada que ver con nuestro caso.

No obstante, todavía no se conocen con exactitud ni qué municipios van a ser los afectados ni cómo los van a agrupar y ni mucho menos cuáles van a ser las reacciones de los afectados, que a la postre algo tendrán que decir sobre la remodelación de sus pueblos.

Si como efectivamente dicen, se han creado en la Comunidad Valenciana ocho pueblos nuevos y siete entidades locales menores desde 1979 y ese proceso ha terminado, no es menos cierto que esas teóricas fusiones serán las futuras segregaciones cuando pase este momento político-económico. Recordamos que estas medidas las quieren poner en marcha siguiendo el ejemplo griego de abaratar costes frente a la crisis. Ese argumento a la hora de defender la economía de una sociedad es, como queda claro, un asunto temporal, circunstancial y lógicamente subjetivo.

Hace pocos días hablábamos en este mismo blog de la plena municipalidad que alcanzó el Ayuntamiento de La Canonja, en Tarragona.  Fuimos testigos directos de su realidad con la visita de nuestros representantes. Pues bien, esa municipalidad plena la alcanzaron después de varios años de estar fusionados con Tarragona por un decreto de la época franquista que determinó que era conveniente fusionar La Canonja a la capital por las razones subjetivas que ellos consideraron, y privaron a La Canonja de su plena municipalidad, haciéndolos dependientes.

Ese modelo falló, y la plena municipalidad  con autonomía que hoy disfrutan comenzó a fraguarse casi desde su obligada fusión.

Recuperaron su autonomía gracias a la participación política y generando las condiciones necesarias  para que se resolviera políticamente lo que políticamente estaba mal conceptuado.

Volviendo a nuestro tema principal y de interés, que no es otro que conseguir nuestra plena municipalidad y autonomía, vamos a tomar partido por conseguir desde dentro lo que la Administración, ajena a la realidad social, es incapaz de ver: que la población de El Puerto apoya mayoritariamente su autonomía y su derecho a gestionar sus recursos y a defender su identidad, amenazada a base de silenciarla, ocultarla o diluirla.

Ejemplos tenemos continuamente; en la memoria de todos están. Se trata de manifestar aquí y ahora nuestro nulo temor a una ley que es temporal, ajena y distante a nuestra realidad y cuya puesta  en marcha es además dudosa. Nuestro proceso es histórico y las leyes cambian. Si conseguimos una mayoría suficiente como para decidir nuestro futuro, las Administraciones tendrán que ajustarse más pronto que tarde a esa realidad. Y el color político de los gobernantes del momento también cambia, como todos sabemos.

Así que nuestro resumen es que la realidad social ha de ser contemplada por la Administración y asumir su responsabilidad en hacerla efectiva y no poner trabas. La Administración es de todos; no es un ente abstracto propiedad de los gobernantes de ese momento.

Está claro que hay que forzar la situación para que al PP no le quede mas remedio que aceptar las peticiones que los porteños demandan cada vez con más insistencia. Las urnas, la herramienta democrática que nos hace a todos iguales y en libertad, dejó bien claro que El Puerto apoya su plena municipalidad.

También se ha visto y hemos comprobado hasta dónde se puede llegar estando donde se toman las decisiones y lo que se pierde no estando. Esa lección la debemos tener en cuenta y no tener miedo a nada.

César Vera
Presidente de Iniciativa Porteña

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