La pasada semana mientras daba una vuelta por el paseo marítimo, que por cierto está hecho un desastre, llegué hasta la plaza de la Concordia en la que el Ayuntamiento ha gastado esta legislatura casi 200.000 euros. Esa plaza fue demolida en 2015 y estuvo esperando su proyecto de rehabilitación prácticamente seis años…tanto tiempo para ejecutar esa “aberración” que nos va a dejar como herencia el ayuntamiento de Sagunto.
Me pregunto si quienes están en el gobierno municipal estudian con detenimiento los proyectos o directamente les importa un comino que luego se quede un desastre como el que se puede ver, con un escenario esquinado que no ha tenido uso en estos años, con unos bancos incómodos, sin respaldo…lo más llamativo son los cuatro trapos de colores con los que pretendían dotar de sombra la plaza, pero lo que realmente han hecho es el ridículo ante los incrédulos ciudadanos que no entendemos como se puede tirar el dinero de esa manera.
Una plaza que en primavera y verano es tan calurosa y soleada, es inhabitable hasta bien entrada la tarde… me pregunto donde están esas asociaciones de vecinos que llamaban sartén a la plaza de la Independencia en la que se realizó una intervención muy bien estudiada y realizada con el debido cariño. Allí, Iniciativa Porteña se reunió con los vecinos y colaboró para que se desarrollara un proyecto en el que se trasladó un ficus situado en un extremo de esa plaza para colocarlo en el medio. El resultado está a la vista: hay sombra, a pesar de los de la plaza sartén, es un lugar que se nota que fue restaurado con la debida atención y cariño.
Esa es la diferencia entre quienes queremos de verdad a nuestro Puerto y quienes simplemente gobiernan en el Ayuntamiento y se dejan llevar por la inercia del día a día, sin preocuparse de los detalles que marcan la diferencia entre lo bien hecho y la chapuza. Esa misma falta de cariño del ayuntamiento de Sagunto hacia nuestro pueblo, se puede ver en la suciedad, en la falta de cuidado de nuestras calles y en la falta de atención al patrimonio porteño. En menos de un mes tenemos la oportunidad de dar un giro a la actual situación, recordad: los porteños somos dueños de nuestro destino.
