40 años del cierre de Altos Hornos del Mediterráneo

La historia de El Puerto siempre irá ligada a la Compañía Minera de Sierra Menera y a los Altos Hornos del Mediterráneo. Si bien es una historia joven, con apenas 120 años de historia, este pueblo ha sido testigo de cómo a raíz de una fábrica se iba haciendo cada vez más y más grande, construyéndose un legado que, pese a lo abandono que se encuentra, todavía perdura. Y es que, a día de hoy, debemos seguir cuidando aquello que cuidaron nuestros abuelos o nuestros padres, bien puede ser La Gerencia, la COPE, los Talleres Generales o el Casino, por poner unos ejemplos.

  Todo ello fue cuidado por aquellas personas que decidieron instalarse en El Puerto en distintas oleadas, especialmente la que abarca desde 1950 hasta 1975, la que se conoce como éxodo rural, y que hizo que nos encontráramos un lugar muy peculiar y con una idiosincrasia única, ya que convivían familias de distintas procedencias. Ya fueran manchegos, andaluces, aragoneses, vascos, etc. Vinieron para dejarnos un futuro mejor y por ello ser porteño o porteña también es ser hijo de todos ellos.

  Pero todo ello explotó hace 40 años, y es que con la reconversión industrial del PSOE dio comienzo a una etapa de incertidumbre e inseguridad que provocó negociaciones, huelgas, cortes de carreteras o manifestaciones… todavía mis padres me narran con orgullo esos años tan turbulentos pero que dejaron un gran sentimiento de pertenencia, de valentía y de lucha. Simplemente, a modo de anécdota comentaré que guardo como oro en paño una pelota que disparó la policía durante una de las revueltas y que fue recogida por mi padre durante el corte de carreteras y autopistas.

  En la actualidad, se nos presenta ante nosotros una gran oportunidad con la gigafactoría de Volkswagen y que promete ser el gran motor económico de la zona. En varias de las innumerables puestas en escena del alcalde de Sagunto, Darío Moreno, relata que, con la llegada de Volkswagen, y cito textualmente: “Se cierra definitivamente la herida que abrió el cierre de Altos Hornos”. Permitidme discrepar ante esta afirmación.

  Estando de acuerdo en que el contexto de ambas cuestiones es totalmente diferente, también es cierto que hoy en día es imposible comparar el alcance y la repercusión social que va a tener la fábrica de baterías y ¿por qué digo esto? Vemos como en los últimos meses el baile de cifras cambia prácticamente a diario, la prensa unos días dice que va a haber tantos puestos directos, otros tantos indirectos o la planta fotovoltaica asociada a la gigafactoría tampoco ha estado exenta de este continuo cambio de cifras. Por ello, me parece demasiado pretencioso comparar un modelo de vida que gestó la identidad porteña y que perduró durante décadas y décadas con un proyecto que lleva detrás unida una grandísima inversión pero que todavía no se sabe el alcance real y efectivo que va a suponer y como va a afectar a nivel sociocultural.

  Estamos de aniversario, cuatro décadas después todavía existen personas que anhelan su pasado y lo recuerdan con gran felicidad, todavía guardan en cajones recuerdos que perdurarán para siempre. Ojalá se conserve todo ello y eso depende de las generaciones futuras, de preservar toda la historia como si la hubiésemos vivido nosotros mismos. Espero que de verdad se cierre el círculo, pero eso ya es otra historia.

 

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