El pasado sábado tuvo lugar un hecho que me ha hecho reflexionar sobre el pequeño comercio local. Resulta que una de las asociaciones mas representativas de nuestro pueblo, la Asociación de Comerciantes Avda 9 d´Octubre celebró su 4ª edición de moda en la calle. A dicho evento no acudió ni el alcalde de Sagunto, ni el concejal de comercio, ni ninguno de los concejales de la corporación local. Tampoco el que suscribe acudió al evento, que conste. Sirvan estas líneas a modo de modesta disculpa propia.

  Este hecho siendo grave, me ha hecho reflexionar sobre el problema de fondo, que no es otro que el pequeño comercio en nuestra población es el gran olvidado.

  No he podido evitar el recordar las palabras del alcalde de Sagunto en el último debate del estado del municipio cuando dijo que uno de los sectores que más le había sorprendido por su pujanza y empuje había sido el del comercio. Pero imagino que el alcalde pensaba solo en el gran comercio, el de las grandes superficies, el del EPICENTRE, o el del próximo centro comercial 4 CAMINOS. Pero olvidaba el señor alcalde al pequeño comercio local, que también es comercio. No tiene más que pasarse por las tiendas y mercados de nuestra población y preguntar para darse cuenta de la realidad.  Una muestra más del olvido que les decía.

  También resulta curioso que ante cualquier anuncio de una gran superficie de instalarse en nuestro pueblo, no falta la recepción por los máximos dignatarios en la sede del ayuntamiento. Cuestión que está muy bien, pero el mismo trato merecen nuestros comercios de toda la vida, que se las ven y se las desean para ser recibidos por el alcalde.  Otro olvido más.

  Y chocante es que a la inauguración de cualquier centro comercial o alguna de sus grandes tiendas acudan 8 ó 10 concejales del equipo de gobierno a hacerse la foto, y en cambio al acto del sábado pasado, por ejemplo, no acudiese ningún concejal.  Otra muestra del olvido.

  Algo está fallando cuando nuestro pequeño comercio languidece. Se oyen voces diciendo que deben adaptarse a los nuevos tiempos y competir. ¿Pero competir con qué? ¿Con qué armas? No podemos olvidar que la legislación actual, las normas urbanísticas, las normas tributarias favorecen al gran comercio. Difícilmente puede competir el pequeño comercio cuando los poderes públicos les dan más y poderosas armas a esas grandes superficies.

  Y podemos hacer un breve repaso. Las normas urbanizadoras favorecen la creación de gran cantidad de suelo urbano y comercial barato, de forma tal que esos grandes centros pueden disponer de abundante suelo y a precio infinitamente menor que el suelo urbano tradicional donde se asienta nuestro pequeño comercio.

  O la normativa tributaria, mucho más benévola con las Sociedades Anónimas (como son las grandes superficies), que con los autónomos (como son en gran parte los comerciantes). 

  O la fiscalidad municipal más beneficiosa con las grandes firmas que con el pequeño comercio. El IBI por ejemplo en zonas urbanas comerciales (donde se asienta el comercio tradicional), es proporcionalmente mucho más elevado que el de las grandes superficies del extrarradio.

  O la ley de horarios comerciales que no fue sino el resultado de presiones del lobby de grandes superficies, con condiciones en las que no pueden competir el pequeño comercio.

  O la ley del comercio electrónico, otro golpe más al comercio tradicional.

  Por todo ello cuando oigo la expresión de que el pequeño comercio debe adaptarse y competir, me entra la risa, ya que han sido los poderes públicos los que han convertido esta lucha en absolutamente desigual, legislando siempre a favor del más grande, del más poderoso.

  Por todo ello es necesaria la actuación del ayuntamiento en defensa de nuestro comercio tradicional. No en el sentido de que se ayude sin más, sino actuando para corregir el mejor tratamiento a todos los niveles que tienen esas grandes superficies.

  No basta con hacer una gala anual con entrega de premios o actuaciones puntuales aquí o allá. Hace falta una estrategia a medio y largo plazo que revitalice nuestros mercados municipales, nuestros comercios, nuestras calles…

  Con estrategias valientes y haciendo lo que hacen otros municipios parecidos al nuestro donde el comercio tradicional pervive en mejores condiciones que el nuestro.

  Pongo por ejemplo la creación de centros comerciales abiertos, con calles peatonalizadas o semipeatonalizadas, donde la gente puede pasear, ir de compras, tomarse algo, en un agradable paseo urbano, sin tráfico de coches y  sin tener que coger el coche para desplazarse a comprar.

  O estrategias donde se actualicen los mercados municipales en mercados tipo gourmet, o de mercado-ocio, como están proliferando en otros lugares.

  En fin, no son más que algunas ideas que obviamente necesitaría del consenso de poderse públicos y comerciantes.

  Pero es urgente acometer desde hoy mismo las reformas necesarias. Mañana quizás sea demasiado tarde.

Juan Antonio Guillén Juliá

Concejal de Iniciativa Porteña