NOS QUEDAMOS SIN CIRCO, ¿O NO?

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 La última ocurrencia del gobierno tripartito en este municipio dual, no es otra que la de no autorizar la instalación de circos con animales en el término municipal de Sagunto. Así que si usted quiere llevar a sus hijos o nietos a ver un espectáculo circense, no tendrá más remedio que coger el coche y acercarse a la localidad más próxima donde el sentido común reine entre sus munícipes gobernantes. Porque esta postura, adoptada también en otras poblaciones, va a cargarse de un plumazo la vida del circo y a todos cuantos viven de este noble espectáculo, pues la inmensa mayoría disponen de animales. Quizás acabemos yendo a Rusia, donde goza de gran tradición y respeto, para poder disfrutar de este espectáculo.

    La escusa que nos brinda la delegada de Fiestas, María Giménez, para esta prohibición -hay que ver como les gusta prohibir a estos de Podemos-  es que los animales están «sometidos a un hábitat que no es el suyo, hacinados y transportados en vehículos en un espacio reducido, sometidos a un gran estrés». Siguiendo esta misma regla no deberíamos tener mascotas, pues evidentemente están fuera de su hábitat, apartados prematuramente de sus progenitores, sin el calor y amparo de su manada protectora y en reducidos apartamentos sin contacto con la naturaleza. También justifica la prohibición por «riesgo en la seguridad y sanidad de los animales, que están sometidos a adiestramientos que conllevan un maltrato mayor o menor»; como si no hubiera legislación al respecto. Vamos que por este camino los adiestradores caninos, ecuestres o de los delfinarios quedarán en breve también proscriptos. Y ojo con los carruajes de caballos, que siguiendo está dinámica tiene sus días contados.

   Claro que como consuelo siempre nos quedarán los Plenos Municipales, un auténtico circo el último martes de cada mes.

    De pequeño fui al circo con mis padres, y obviamente disfrute como un niño. De mayor he llevado a mis hijas; y cuando tenga nietos haré lo mismo con ellos, si me dejan. Es un mundo mágico con los malabaristas, trapecistas, equilibristas, magos, los encantadores payasos y por supuesto los animales adiestrados, que ejercen una especial atracción en los niños. Jamás he visto maltrato, al contrario, sus dueños tratan con el mayor cuidado a sus animales, pues aparte del cariño que les tienen, son su sustento y forma de vida. Lo que hacen en realidad es resaltar las cualidades innatas de cada especie para mostrarlas al distinguido público. Saben bien que un animal sano y feliz, las desarrollará a gusto y junto con su adiestrador ofrecerán un bello espectáculo.

            Yo me pregunto, si en el fondo el problema de este gobierno municipal no será el aburrimiento, ya que con tanto liberado van sobrados de tiempo, y no saben en qué malgastarlo, mientras las cosas realmente importantes siguen sin resolverse.

Sergio Paz Compañ

Concejal del Grupo Político Iniciativa Porteña

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