Han pasado más de 4 años desde que le Pleno acordara declarar el Horno Alto como Bien de Relevancia Local. A fecha de hoy todo sigue igual. El laureado monumento porteño (Premio Europa Nostra 2012), sigue sin gozar de una protección oficial al igual que el resto de nuestro Patrimonio. Algunos se preguntarán ¿pero, cómo puede ser esto? ¿Estas cosas no se protegían por ley? Pues mire usted no, en este burocratizado país, dónde lo que sobran son leyes y falta su aplicación, no es así. El Horno podría acabar en chatarra con todas las bendiciones legales.
Cuando se tramitó el acuerdo plenario a la Conselleria de Cultura, esta contestó que no había ningún problema, que tan sólo necesitaban que el ayuntamiento de Sagunto aprobara el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del municipio. En mi ingenuidad de Concejal novato, pensé que la cosa era cuestión de semanas o meses a lo sumo. Me equivoqué en redondo, pues el catálogo se hizo –eso si previo pago a la empresa encargada de elaborarlo, de 18.000€ – pero… faltaban los informes preceptivos del santo-santorum urbanismo, que hasta la fecha no se ha pronunciado; mejor no mojarse no sea cosa que este molesto Patrimonio imposibilite cualquier acción o actividad urbanística, es decir, manos libres.
Con el expediente-catálogo inconcluso, no hay protección que valga y nuestro Horno podrá recibir todos los premios que queramos y miles de visitantes al año, pero ninguna protección por parte de la administración más próxima. Y esto podemos hacerlo extensivo al resto del Patrimonio. Una auténtica vergüenza.
Dicen que las comparativas son odiosas, pero no hay más remedio, el Horno Alto Nº 1 de Altos Hornos de Vizcaya sito en Sestao, dejó de “escupir” arrabio a mediados de los 90. Pues bien en el año 2.005 (con su rehabilitación aún pendiente) fue declarado Bien de Interés Cultural (BOPV nº 2005114) y desde entonces goza de plena protección.
¿Hasta cuándo tendremos que esperar nosotros?