Aunque parezca una broma, el Partido Popular que gobierna el ayuntamiento de Sagunto ha cumplido un acuerdo plenario. Un acuerdo que otorga el debido reconocimiento institucional a una persona muy querida entre los porteños, destacada por su dedicación profesional y por su humanidad, que contribuyó decididamente a la formación académica y humana de muchas niñas porteñas que pasaron por sus aulas.
El nuevo colegio de primaria que se sitúa en la zona de la Cooperativa de San Francisco Borja, recibirá por fin, el nombre de Yocasta María Ruiz, tal y como fue aprobado en un Pleno de la corporación, aprobó a propuesta de SP en el año 2.007, y en contra de la propuesta posterior formulada desde el Consell Escolar y que abogaba por la denominación de de “Els Vents”, en clara contraposición al acuerdo plenario.
Esta denominación ha sido concedida a escondidas y aparece reflejada en el DOCV del pasado 22 de febrero del 2012, concretamente en la página 76 de dicho documento cuyo enlace es el siguiente:
http://www.docv.gva.es/datos/2012/03/13/pdf/2012_2543.pdf
Este es el nombre de una profesora porteña, la primera en ser directora de escuela y cuya historia nos relata Buenaventura Navarro, en su libro La memoria necesaria, del cual extractamos estas líneas:
Yocasta María Ruiz Aguilera nació en Beal -El Estrecho, pedanía del campo de Cartagena, el 15 de febrero de 1891. Estudió Magisterio y obtuvo el título de “Maestra de 1ª Enseñanza Elemental” en la Escuela Normal de maestras de Murcia.
Por oposición libre accedió a la plaza de maestra propietaria de la Escuela de niñas de Gayanes, en Alicante. Durante el tiempo que estuvo en ese centro, se casó con Benjamín Catalá Vila.
El uno de mayo de 1924, Yocasta Ruiz Aguilera tomó posesión como maestra propietaria de la Escuela Nacional de El Puerto. En nuestra ciudad, nacieron sus tres hijos: Enrique, Inés y Rosario.
Hasta la llegada de la Guerra Civil, pasaron por las aulas de Doña Yocasta, también conocida por sus alumnas como Doña María, numerosas niñas, que según se relata en el libro de Buenaventura, guardan gratos recuerdos respecto al trato recibido por parte de Yocasta.
Aunque no se conoce que Yocasta tuviera militancia en partido político alguno, al estallar la Guerra Civil, colaboró junto a sus compañeros maestros de la República, en gestionar el “hogar infantil”, que era un centro abierto en la inhabitada casa de Antonio Aznar (que algunos llaman casa amarilla de la playa), que fue administrador de la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo, y situada en primera línea de playa. Allí se acogió a niños cuyos padres se habían ido a luchar al frente, o habían desaparecido por sus simpatías políticas derechistas. En resumen la labor de estos maestros era la de preservar a esos niños y su infancia de la terrible guerra. Por este afán tan peligroso, también serán depurados esos maestros y maestras en la durísima posguerra.
En la primavera de 1937 se inician los bombardeos franquistas sobre Puerto Sagunto y sus instalaciones industriales, que se recrudecen con el paso de los días. Esta situación provoca una masiva evacuación de familias, aunque se mantiene en funcionamiento la fábrica con los trabajadores en sus puestos.
Así, Yocasta María y sus hijos se van a Albalat dels Tarongers. Allí le habilitan un aula donde la maestra continúa dando clases. Más tarde se traslada a Valencia, donde continúa dando clases, hasta el final de la guerra. Entonces, regresan al Puerto Sagunto, se inicia la larga posguerra. Vuelve a dar clases, pero la saña de algunos sujetos coadyuva a su expediente de depuración.
Los cargos que se formulan son “haberse apartado de la Iglesia Católica con anterioridad al 18 de julio de 1936″ y “haberse hecho cargo de enseres requisados a personas de derechas con destino al hogar infantil”. Por estos peligrosos propósitos, ¿o tal vez por su convencida vocación pedagógica? , es sometida a sanción “con traslado fuera de la provincia, no pudiendo solicitar traslado en cinco años e inhabilitación para cargos directivos y de confianza”.
No obstante María Yocasta no se conforma con este resultado y presenta escrito de revisión del mismo, a pesar de lo cual, el castigo se queda en “traslado dentro de la provincia, no pudiendo solicitar traslado durante dos años y la inhabilitación para cargos Directivos y de confianza”.
En este tramo de tiempo, fue destinada a la escuela de Cortes de Arenoso (Castellón), pero tras su recurso consigue ser enviada a la Escuela Unitaria de Niñas de Benifaiyó (Valencia).
En 1945, se le comunica un nuevo destino en Ventas de Buñol. Allí se desplaza acompañada de su hija menor, Rosario, pues los hijos mayores, Enrique e Inés, permanecen en Puerto Sagunto junto a su padre, que está empleado en las oficinas de la Siderúrgica.
Pero el espíritu luchador de Yocasta y sus deseos de reunir a su familia, le hacen solicitar revisar de nuevo el expediente de depuración. Ello lo hace con avales de personas de Puerto Sagunto afines al régimen, además del apoyo de D. Aurelio Cortés, Párroco del Iglesia de Nuestra Señora de Begoña. Con estos apoyos, consigue recuperar su plaza de maestra en Puerto Sagunto, donde toma posesión el 1 de septiembre de 1949, como maestra propietaria en la Escuela Nº 1. De esta manera, Yocasta, vuelve a contactar con las niñas porteñas y participar en su formación desde el nuevo Grupo Escolar Cervantes, del cual se convierte en Directora en 1953. Su ejercicio en la docencia, concluyó el 10 de febrero de 1962, año en el que pasó a la situación de pensionista.
Finalmente, el día 7 de agosto de 1965, falleció en Puerto de Sagunto.
Desde la recién constituida Junta de Iniciativa Porteña queremos mostrar nuestra satisfacción por el carpetazo que finalmente se le ha dado desde Consellería a este asunto. El nombre de este centro Escolar, al igual que ocurre con Eduardo Merello, servirá para mantener la memoria de otra de las personas que contribuyó en la construcción de la identidad de nuestro pueblo, y eso, a pesar de aquellos que intentan enterrar nuestra historia como pueblo.
2 comentarios
¡Ole, ole y ole! Así se hace chicos, con perseverancia y convencimiento, así se consiguen las cosas y se hace justicia. Enhorabuena y seguir así.
Como tiene que ser,un reconocimiento a una persona comprometida con su tiempo y con la justicia social,y una persona que a pesar de que lo pasó mal por la depuración de que eran objeto por parte del franquismo, fué valiente y, jamás cejó en su intento, de volver al Puerto de Sagunto con su familia y sus paisanos,cosa que consiguió al final.
¡¡FELICIDADES A SP-IP !!