La Dictadura Constitucional

Primer colegio y capilla: Año 1911

Primer colegio y capilla: Año 1911
Primer colegio y capilla: Año 1911

Según dicen  los expertos, la dictadura constitucional es «la forma de gobierno en el que, aunque aparentemente se respete la  Constitución, en realidad el poder  se concentra en las manos de un líder o el de sus cómplices, quienes controlan directa o indirectamente los poderes Legislativo,  Ejecutivo y Judicial».

Por paradójico que  resulte   esta  denominada dictadura, deja de tener cierto sentido si analizamos el progresivo deterioro de las instituciones del Estado, tanto a nivel nacional  como en el autonómico, debido a  que  hay políticos, con responsabilidad de gobierno, que se comportan  como si estuvieran en un régimen de  monarquía absoluta del siglo XVIII y, además,  cuando así les  conviene, prescinden del ordenamiento jurídico para imponer su autoridad.  Esta forma de ejercer la política,  se ve favorecida por el oscurantismo que afecta  al  poder judicial, que de alguna manera  influyen en las decisiones; y dan  lugar a sentencias  incongruentes e injustas, que en nada favorecen  la credibilidad de un Estado de Derecho. Ejemplo de lo dicho: puede considerarse la  Sentencia que ha rechazado  el recurso interpuesto IP/SP, denunciado una situación  de  indefensión,`por no haber sido admitidas pruebas  que demostraban que la parte considerativa de las  resoluciones o sentencias dictadas, se fundamentaban  en suposiciones y no en hechos reales.  Tal vez, la culpa de que se haya perdido esta batalla, que no la guerra,  puede ser atribuida  a los funcionaros públicos que, en demérito de su ética profesional, emitieron  informes  desvirtuando la realidad existente. Esta actitud, sólo puede entenderse como un exceso de celo, por apoyar  la actitud adoptada por  la bandería antisegregacionista.

Hay que admitir que  erradicar esta perversión política, no debe ser tarea fácil.  Sin embargo, sí que lo es, llegar a la conclusión de  que los partidos políticos han tomado el relevo de las oligarquías ancestrales,  que basaban su que hacer en  borrar la memoria histórica de los pueblos y desvalijar a los ciudadanos de su capacidad de pensar, para dominarlos con mayor facilidad. Si esta consideración generalizada, la trasladamos a  nuestro entorno, comprobaremos que  es el mismo ideario que utilizan los políticos autonómicos y locales,   con la salvedad de que aquí se emplea una vara de medir  para Sagunto y otra, muy distinta, para El Puerto. Esta dualidad de criterio, supone que en Sagunto, no se  regatean esfuerzos para  preservar la memoria histórica, rehabilitando sus edificios más significativos.  En cambio en el Puerto,  unos partidos más que otros, emplean toda clase de subterfugios  para  ir eliminando toda referencia que pueda tener algún significado con  la identidad porteña (incluida la lengua materna),  a fin de evitar  la segregación, ya que ésta, impediría alcanzar la codiciada ciudad de gran población.

Para  demostrar que el trato discriminatorio hacia El Puerto, es algo más que una opinión subjetiva, lo mejor es exponer un caso concreto. Y a tal   fin, por merecimiento y  razones de memoria evocativa, ya que en este año hubiera celebrado su cumpleaños centenario; creo que merece ser recordado: el Edificio  que albergó la primera escuela y capilla en este lugar: Inaugurado en 1911,  sirvió para que en él, se  fraguaran  los  valores morales y educativos de la sociedad porteña y a mi juicio, simbolizó la voluntad  inequívoca de los primeros pobladores de convertir el asentamiento en una comunidad vecinal, donde pudieran desarrollarse como ciudadanos de pleno derecho. Transcurridos los años,  se convirtió en la   Escuela de Aprendices  de AHV y por ultimo,  volvió a ser  escuela de Menera. Este emblemático edificio, por intereses urbanísticos, fue derribado  con el  beneplácito  del  PSOE, EU y BLOC, que constituían el gobierno tripartito del Ayuntamiento. Hoy, está reducido a un solar, sin más. ¿Es, esto, lo que podemos esperar los porteños que no queremos renunciar a nuestra memoria histórica?

Digan lo que digan los agoreros, deberán de tener presente que el hecho de que nos hayan impuesto un castigo administrativo y otro judicial, que no  una condena a cadena perpetúa; sólo sirve para avivar  el potencial de rebeldía que tenemos los seres humanos y en modo alguno, van a conseguir que  decaiga  nuestra irrenunciable voluntad de  seguir  perseverando para que El Puerto sea reconocido como municipio Ya que es de justicia;  cumple  los requisitos exigidos en las bases del Régimen Local; ha sido,  es y lo seguirá siendo, la voluntad mayoritaria de los ciudadanos porteños y, además, las  resoluciones injustas, son recurribles  ante el Tribunal Constitucional y otras instancias de la  Unión Europea, que tienen el cometido de  velar por el derecho de los ciudadanos de la C.E. Y si en este devenir reivindicativo, los políticos dan la espalda a los  porteños;  estos pueden hacer lo mismo con ellos, ya que el  poder de los ciudadanos está en el  sufragio. No obstante,  considero que sería útil meditar  sobre  la reflexión del  escritor y pensador José Martí, también conocido por el profeta cubano: “el hombre, no deja que otros le ganen el suelo en que han de vivir en libertad. Hombre es quién estudia las raíces de las cosas. Lo otro es rebaño, que se pasa la vida pastando y balándoles a las novias”

 

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