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Un comentario
Buenos días a todos, me llamo Juan Gómez Fernández-Cuesta. Voy a hablar como Vice-Presidente de Iniciativa Porteña.
Tras una noche de preocupante déficit democrático por parte del equipo gobierno, y de acoso de la policía local, me encuentro aquí para hablarles de los negativos efectos contra la libertad de una nueva ley comunitaria del PP.
No entiendo, al igual que, supongo, otros muchos ciudadanos de El Puerto, que se pueda tratar a un pueblo entero peor que a cualquier delincuente pendiente de juicio. A éstos nunca se les aplica las leyes con efecto retroactivo, por el contrario siempre se les aplica aquella que más les puede beneficiar. Salvo en el caso que nos ocupa, la ley de Régimen Local de la Comunidad Valenciana de 23 de junio donde parece que lo importante es intentar machacar el sentir mayoritario de toda una población. Estoy hablando de una ley de rango comunitario, que no está en línea con su homónima a nivel estatal.
Recordar por otro lado que en su aprobación, solo ha contado con el apoyo del PP y Bloc, extraños compañeros de viaje, y que parece redactada “ad hoc” contra el expediente presentado por Iniciativa Porteña en el 2006. Solicito por ello a los grupos políticos que no han votado a favor, Psoe e IU, que sean consecuentes con su posición frente la ley, no admitiendo se utilice espuriamente violentando gravemente el sentir de muchísimos ciudadanos ni que sean arrastrados a compartir una nueva imposición del PP. Creo que no se debe legislar contra nadie y mucho menos a golpe de manía ni obsesión, intentando borrar de un golpe la identidad de un pueblo y contra los sentimientos de gran parte de la población. Tarde o temprano la realidad acabara imponiéndose. No se puede aprobar uniones antinatura a la fuerza, no lleva a ninguna parte. Los avances de ese conjunto siempre estarán lastrados por esta unión ficticia.
Desde 1927 se han venido tomando decisiones y proponiendo leyes contra la solicitud de plena autonomía de un pueblo, pero a pesar de todo no se ha conseguido cortar con esa necesidad y así seguirá siendo. Lo que ha llevado a mantener una unión ficticia que ha hecho que este conjunto artificial no haya avanzado adecuadamente como seguro sí lo hubiera hecho ambos por separado.
Está muy claro que mientras exista un sentimiento de pueblos diferentes como lo hay en la actualidad, la unión no es posible. La política y los políticos cambian, cambiáis, y existen suficientes ejemplos de otros pueblos donde también parecía difícil o casi imposible el disponer de plena autonomía y tras ser perseverantes se ha conseguido. Aquí ocurrirá igual, si los ciudadanos de El Puerto así lo quieren, no habrá ley que lo pueda impedir.