El texto que sigue es un comentario de Brigett publicado ayer mismo en este blog. Hemos considerado que tiene el suficiente interés como para sacarlo aquí fuera:
Muchas son las voces que abogan por reformas en las instituciones que las hagan más ágiles, transparentes y económicas pero en mayor medida son voces acomodadas que más que reformas pretenden consolidar su propio estatus de influencias. Esto es lo que ha ocurrido en el seno de la empresa pública SAG que financiada enteramente con fondos públicos había llegado a unos grados de despotismo únicamente consentidos por quienes estaban alrededor de ella: políticos, sindicatos, prensa. Una empresa donde el ex gerente cobraba más que el propio alcalde y sin incluir bonos por productividad; una productividad que se le supone a cualquier empresa dotada de salud interna. Años de consentimiento, años de paz social, años de calma laboral a golpe de talón y de convertir a la ciudadanía en servidora de aquello que en principio se creó para servirla.
Así el reportero local Ignacio Belzunces, director de El Económico de Sagunto, denuncia reiteradamente el enchufismo y la supuesta ocultación de información al Consejo de la SAG en añoranza e intento de volver al antiguo régimen y prácticas donde el ex gerente se garantizaba la prensa afín a golpe de generoso talonario publicitario. No hay nada que objetar a las publicaciones que viven de la publicidad siempre y cuando no esclavice y someta su discurso como aquí ha sido el caso.
CCOO con su líder Barquero negociando convenios y trabajo para los suyos en los buenos manteles de restaurantes de Puzol y donde la paz social se hacía a cambio de satisfacer la influencia y el liderazgo y donde ya prácticamente no queda nada que negociar en unos convenios colectivos que recogen todas las mejoras del sector en relación a derechos, jornada, salarios, etc.
Partidos políticos que pescan en ríos revueltos y hablan un lenguaje dentro de la organización y otro lenguaje de cara a la opinión pública. Antiguos alcaldes que se garantizaban la tranquilidad y orden laboral consintiendo subir salarios a la alta dirección y blindando sus contratos en un claro perjuicio para los intereses públicos que decían defender y que como es el caso actual del despido improcedente de un contratado de alta dirección, impide ser soberano sobre los propios intereses de la empresa que está a nuestro servicio. En general subidas salariales y chantajes para tapar bocas y ánimos que han derivado por ejemplo en personal administrativo que cobra también más que el propio alcalde.
Reformadores todos. Progresistas. Proletarios del mundo… que en el fondo quieren seguir siendo quienes nos guíen, quienes nos aconsejen, quienes nos alumbren el camino. Pastores del rebaño. Teóricos de la palabra y prácticos en sus acciones. En el fondo, reformadores del inmovilismo y de que todo siga igual.
2 comentarios
la SAG es una empresa privada del psoe donde a colocado a todos sus palmeros familiares y amigos es un gueto cerrado siempre con el consentimiento de CCOO
Enrique, ¿Y tú, por qué no te nombrás?