La inteligencia

Por José Mª Piró Rodríguez

Según los psicólogos, la inteligencia es la capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla adecuadamente, o dicho de una manera más sencilla: razonar interiormente lo que se percibe desde el exterior. Esta capacidad del ser humano permite elegir la mejor opción para resolver una cuestión y en este sentido, es obvio que resulta imprescindible para que podamos distinguir las reacciones instintivas sobre la ruptura del pacto de gobierno municipal entre el PP/SP y los que quieren utilizarla para arremeter contra la formación porteña y lo que esta representa.

Más que por la ruptura del pacto, sorprende la desmedida utilización que se viene haciendo de este suceso, por parte de la clase política y otras gentes que proscriben el legítimo derecho de unas personas a defender sus raíces. Creo que no ha debido ser fácil montar semejante enredo, con peor intención, en tan poco tiempo. Oír a la portavoz del PSOE, y al del BLOC, etiquetar negativamente a sus oponentes políticos, con frases despectivas y acusándoles de mancillar la Institución Municipal, resulta un tanto irónico y grotesco, cuya única finalidad es confundir a los ciudadanos y satanizar a la «gentola desagradecida» de El Puerto, tal como les gusta llamarnos. ¿Acaso han olvidado que la legislatura en que tuvieron la responsabilidad de gobierno estuvo salpicada de acciones reprobables y que convirtieron la Institución Municipal en un cortijo, donde la dictadura del nacionalismo se impuso a los valores democráticos?

Por mucho que algunos se empeñen en dramatizar este suceso y manipular las conciencias de los ciudadanos, tendrán que reconocer que no tiene nada de excepcional y es algo que ocurre con harta frecuencia en el mercadeo político. La ruptura no ha engañado a nadie, no ha supuesto un retroceso en el proceso de segregación; ni ha empañado el trabajo realizado por los concejales de SP, en el corto tiempo que se ha compartido las tareas de gobierno —hoy podemos decir que somos más pueblo que antes del pacto—. Por tanto, lo único que se puede sugerir es que el PP se ha quedado solo en el gobierno y como consecuencia de la tensión interna de este partido, han queda al descubierto las vergüenzas políticas que ocultaban, o sea, un evidente sometimiento al poder mediático que protagoniza el sector burgués prosaguntino —tal vez instigador de la ruptura del pacto—. Creo que la reacción del PP, tras la disolución, tiene algo de penitencia impuesta para redimir el pecado de haberse atrevido a gobernar con SP y por esta razón, se han visto obligados a realizar un alegórico acto de contrición ante la ciudadanía saguntina, anunciando inversiones para esa ciudad. Mientras que se esparcen dudas sobre proyectos a realizar en El Puerto.

Es evidente que la ruptura aísla a SP y, como sucede en la ley de la selva, los depredadores atacan al animal que ha quedado aislado e incluso, se enfrentan entre ellos para llevarse la mayor parte posible de la presa capturada. En este caso, se puede observar que cada vez son más los maestros en mañas del clientelismo electoral, que salen a luz pública utilizando a personas de buena fe, inexpertas o resentidas, para preparar la llegada del gran líder que liberará a los sufridos y engañados porteños. En este sentido, acaparan el protagonismo los partidos políticos, quienes además de querer los votos, pretenden la desaparición IP/SP, por considerar que supone un obstáculo para alcanzar la anhelada unión física de ambos núcleos. Desde 1927 que se empezó a utilizar este pretexto para oponerse a la segregación, ya son 83 años los que se viene repitiendo el cuento de la lechera, para vendernos el mito de la «ciudad grande». Esa que nunca se hace, ni nadie quiere —ni los de arriba, ni los de abajo—, salvo el banalismo de cierto sector nostálgico de otros tiempos y las ansias de poder de los políticos.

El ciudadano porteño sabe lo que quiere, porque sabe de dónde viene y, también, que no puede esperar nada de los partidos políticos a causa de que están mediatizados por los poderes fácticos que son los que deciden cómo y cuándo, se tienen que hacer las cosas. Salirse de las directrices y obrar con coherencia supone lo que le ha ocurrido al PSOE local, o sea, la disolución de la ejecutiva del partido. Esto viene a confirmar lo que dice Bob Marley: «La democracia no es más que una dictadura elegida por el pueblo, no nos engañemos». Por esta razón, y no otra, es por lo que SP tiene y debe estar presente en el Ayuntamiento, con la mayor representación posible a fin de velar por los derechos de los ciudadanos porteños y evitar que nos vuelvan a meter en el «gueto» al que nos llevó el misceláneo tripartito en la legislatura anterior. No obstante, SP alineada con IP, tienen como objetivo que El Puerto sea municipio independiente, abanderando por el principio democrático: un hombre un voto y todos el mismo derecho.

Según Platón, «donde nace una necesidad, surge un derecho» y este principio ha sido desarrollado a través de leyes fundamentales y declaraciones universales; sin embargo, no han tenido la acogida que merecían, por parte de aquellos que las ratificaron y que tienen la obligación de llevarlas a la práctica. El Puerto, por su origen autóctono, sus costumbres, cultura y lengua, que les diferencia de la sociedad saguntina, reúne los requisitos necesarios para merecer el reconocimiento de municipio independiente. Sin embargo, los intentos de segregación siempre han sido abortados al margen del procedimiento formal y bajo promesas que nunca se cumplieron. Ahora esperamos que los que están en trámite, lleguen a buen fin y si esto no ocurre, a causa del oscurantismo que existe en la justicia española, no hay que caer en el catastrofismo y cejar en el empeño de alcanzar el reconocimiento que merecemos. Y para seguir con nuestra irrenunciable aspiración, además, de la socorrida solicitud, cabe intentarse a través de medios más directos, como puede ser la movilización ciudadana del «¡BASTA YA!». Otra posibilidad sería utilizar la imaginación y buscar una solución factible. Aunque para ello, tuviésemos que ir a vagar por la orilla del río, buscando la inspiración que tuvo un visitante llamado José Martínez Aloy, cuando en el año 1916 paseaba por ese lugar y al observar como había crecido El Puerto, sintió la necesidad de escribir sus impresiones, que luego se publicaron en una edición de Geografía del Reino de Valencia, Entre otras cosas, decía: «(…) es una gran ciudad que surge de la tierra. ¡Hace 6 años, apenas raquítica nave tocaba este mal surgidero, y hoy, las sirenas anuncian entradas y salidas de grandes vapores! / Nuevo Aníbal que acabará tarde o temprano con los restos de la heroica ciudad». Todas estas reflexiones nos llevan a la conclusión de que si no existe el camino, hay que trazarlo.

Puerto Sagunto, 23 de Marzo de 2010

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4 comentarios

  1. ¡¡Genial,lo mires por donde lo mires!!

    Si con este desglose ,del tema , y tocándolo de la manera tan coherente y sabia, como lo ha hecho el Sr,Piró,alguien pueda dudar de que El Puerto no fuera digno, ni justo, al pedir su independencia después de 83 años,es que hay intereses de cualquier otra índole ,y que no es precisamente la del bienestar de la mayoría de los porteños que son de la clase trabajadora,sino de la burguesía saguntina o pro-saguntina,que seguramente tendrán miedo a lo que les pudiera deparar la segregación de El Puerto,y esa desazón e incognita los hace irreflexivos e intolerantes con la razón. A parte, los maquiávelicos y nuevos cobardes, abusadores inquisidores que usan sus periódicos,de la manera más retorcida que se pueda informar a los ciudadanos de la comarca.
    ¡¡VIVA EL PUERTO LIBRE!!

  2. Más pensamientos de Platón:

    «El hombre sabio querrá estar siempre con quien sea mejor que él.»

    «La razón y el valor siempre se impondrán a la traición y a la ingratitud.»

    «Un hombre que no arriesga nada por sus ideas, o no valen nada sus ideas, o no vale nada el hombre.»

    «Allí donde el mando es codiciado y disputado no puede haber buen gobierno ni reinará la concordia.»

    «El hombre inteligente habla con autoridad cuando dirige su propia vida.»

    «La civilización es la victoria de la persuasión sobre la fuerza.»

    Sr. Alejandro Piro, en ocasiones la carga parece ciertamente pesada, inmovible e insalvable. Queda atascada en la arena como bloque granito dispuesto a no poder ocupar el puesto que le corresponde en la pirámide de la civilización… Entonces aparecen los corceles briosos y fuertes. Enganchan la pesada mole y ésta parece ya ligera; casi de papel.
    Gracias Sr. Alejandro por ser un ejemplo a seguir.

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