El parto de los montes

Por José Mª Piró Rodríguez

El parto de los montes es una conocida fábula de Esopo en la que se relata cómo los montes dan terribles signos de estar a punto de dar a luz y sin embargo, al final, paren un pequeño ratón. Esta fábula, en su ficción alegórica, nos quiere decir que en ocasiones hay casos o situaciones que se anuncian con ostentación y terminan en algo insignificante. Entre los muchos ejemplos que al uso se hacen de esta fábula, me ha llamado la atención ésta que lo hace en verso: «Hay autores que en voces misteriosas, / estilo fanfarrón y campanudo, / nos anuncian ideas portentosas; / pero suele a menudo / ser el gran parto de su pensamiento, / después de tanto ruido sólo viento».

A poco que repasemos lo acontecido desde el momento que se anunció la remodelación de la playa, tendremos que reconocer que, a pesar de los esfuerzos realizados no hemos conseguido ni tan siquiera que salga un ratón. Y, si eso no fuera suficiente, tenemos la decepcionante reunión de Madrid y, más recientemente, el soflama del Delegado de Gobierno, quién confunde el verbo proponer con el de rechazar y, a su vez, de manera arrogante, lanza veladas amenazas, dando la sensación de que está confundido o no termina de asimilar el problema. Quizás se deba a una falta de sintonía con Madrid o, tal vez, por carecer de un proyecto serio que unifique criterios y evite la difusión de datos contradictorios sobre un mismo tema. Por este motivo, y otras razones más, si queremos encontrar una explicación razonable tendremos que recurrir a la sabiduría popular y ésta, a través de la alegoría de la fábula, nos dirá que el origen del problema se debe a un «parto de pensamiento» del que nació una «idea» huérfana de mérito y desamparada de razón.

Según el señor Peralta, la actuación en los terrenos de Menera se realizará «una vez recuperada la normalidad y la estabilidad de la playa», cosa que desmitifica el razonamiento emocional, que consiste en creer que algo es cierto sólo porque sientes que lo es, aunque la realidad no es como a uno le conviene que sea. Esta obra tan deseada por los ciudadanos, en el mejor de los casos, no se iniciaría antes de acabar el trasvase de la arena, cuya duración se estima en varios años, y eso sin contar con el tiempo que pueda demorarse por la resolución del contencioso que hay plateado ante los tribunales por la titularidad de los mismos. Ante esta perspectiva, no resulta descabellado pensar que el proyecto se puede diluir en el tiempo o pasar al rincón del olvido y de las promesas incumplidas.

El Delegado de Gobierno, en plan pedagógico, nos dice que la arena se desplaza de norte a sur y que la finalidad del trasvase es reintegrar a las playas del norte la arena que han perdido en beneficio de la del Puerto. Esta argumentación es tan pueril que, por la misma razón, podría haber dicho que viene de Francia. Desde otra perspectiva, se puede decir que aún quedamos testigos visuales que, antes de que él naciera y la Jefa de Costas tuviera propiedades en la zona, ya habíamos pisado las piedras de esas playas y eso nos permite tirar por tierra su presunción. No obstante, lo que sí tiene que hacer es explicarnos cómo la arena puede pasar a través del obstáculo que supone Puerto Siles o por qué los expertos de Costas en Madrid dicen que desde hace más de 20 años nuestra playa no ha experimentado crecimiento alguno. Tal vez sea debido a que la playa está estabilizada, y sería un error alterar su conformación. Por esta razón, se puede decir que andan errados los que buscan una arena que no está aquí. Las playas se forman por la dinámica local del oleaje, y las hay de arena, grava y bolos, siendo posible que en un mismo banco de sedimentos puedan coincidir zonas de playa de conformación diferente, debido a que, en pocos metros el rompiente sea distinto. Según el pensador G. Leibnizha: «En el mejor de los mundos posibles la naturaleza no da saltos y nada sucede de golpe». Este aforismo, por sí sólo, nos debería hacer comprender que no se puede ir contra la naturaleza y obrar a nuestro antojo, trasvasando arena y construyendo espigones, cuyos efectos son difíciles de pronosticar y más cuando, por prudencia necesaria, se recomienda evitar la extracción de arena durante un periodo de 5 años desde la construcción de la dársena.

Si la democracia es la igualdad en libertad y no en la servidumbre, ¿cómo se puede amenazar a todo un pueblo con no hacer nada y aplicar la Ley con todo rigor si no se acepta la propuesta de la Demarcación de Costas? Cuando se habla de aplicar la Ley, ¿a cuál de ellas se refiere, a la de Costas o a la de Navegación Marítima? Ambas, aunque de ministerios distintos, son aplicables; si bien la segunda tiene por objeto atenuar los efectos de la primera. Esta dualidad de normativa surgió como consecuencia de la presión de unas embajadas que, velando por los intereses de sus compatriotas, consiguieron que el Ministerio de Medio Ambiente introdujera una enmienda en la ley de Navegación, permitiendo la transmisión de bienes instalados en la línea marítima. Ante este ejemplo de flexibilidad interpretativa, nos queda la duda de cuál va a ser su actitud hacia nosotros. ¿Será la línea dura de la ex ministra Cristina Narbona o la actual de Elena Espinosa? En cualquier caso, estamos ante una situación que ha sido generada por un organismo oficial, obsesionado con su perverso plan y negándose a recibir sugerencias que permitan alcanzar el mismo objetivo de una forma más razonable. De todos modos, y en cualquier caso, el proyecto no es de una necesidad inmediata; origina más perjuicios que beneficios y afecta a derechos fundamentales, como son el de desarrollar una actividad empresarial o el de trabajar. Por este motivo, es un ejemplo de lo que no se debe hacer, ya que contraviene los principios doctrinales del Tribunal Constitucional, quien califica la Justicia como valor y definición del Derecho, y cualquier medida restrictiva de derechos fundamentales debe superar al «juicio de ponderación», excluyendo la utilización de medidas discriminatorias o justificadas en razones meramente subjetivas.

A nivel local, el tema de la remodelación de la playa no se contempla como una problemática de carácter general y se está utilizando para tratar de obtener algún rédito político. Tanto es así que los partidos van tomando posiciones de cara a las próximas elecciones y, en algún caso, se observan movimientos internos a favor de uno u otro candidato. En otros, utilizan a sus gregarios para acosar y desprestigiar a los que están defendiendo el futuro de nuestra playa, llamándolos, desde el anonimato, el trío de tal o cual. Finalmente, están los que se muestran a favor del proyecto de Costas y, sin embargo, formulan alegaciones en contra de la dársena del puerto; aunque la exposición de motivos puede ser aplicada en ambos posicionamientos, y esto les descalifica en objetividad. No obstante, creo que es oportuno decir que la dársena sur del puerto supone una inversión de 146 millones de euros y, en buena lógica, cabe pensar que se podrán generar puestos de trabajo durante su ejecución —unos 10 años—, y luego otros más estables. Además, hay un ofrecimiento de 238.000 metros cúbicos de arena para regenerar las playas de la zona. Y, ante este batiburrillo, nos olvidamos de la importancia que tiene conservar la unión en una comunidad, ya que individualmente no somos más que un grano de arena, y si queremos ser algo y que se nos respete debemos tener muy presente lo que dicen los saharauis: «Gracias a los granos de arena existe el desierto».

Puerto Sagunto, 29 de noviembre de 2009

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7 comentarios

  1. Lo dicho dicho está. Brillante la exposición. Demostramos a más de uno que en este pueblo no existen talibanes o desalmados sin un dedo de frente.

    Es un placer leer a José María. Otros tendrían que mejorar su «pluma» y sus argumentaciones.

    Bravo.

  2. En primer lugar felicitar al Sr. José Mª Piró Rodríguez por su excelente artículo.

    En segundo lugar, decirle al Sr. Ignacio Belzunces que en relación a la construcción en la zona del Malecón de un hotel, al primero que oímos hablar de algo semejante fue precisamente a usted en un editorial de su publicación. Recuerde: “… el pueblo no vería mal la construcción etc». Ahora usted intenta disfrazar su interés y apuesta utilizando a un grupo político a la deriva como es IU para justificarse y alimentar tal propósito a la vez que para desprestigiar. Recordarles a IU las palabras que Manuel Gonzales les dirigió en la reunión del CES y en relación a la modificación de la línea marítimo terrestre: “nos tiene sin cuidado la modificación de la línea marítimo terrestre. Si queréis la modificáis y si no queréis no la modifiquéis, nuestros intereses no pasan por el Malecón ni en su construcción”. Pues bien, ahora IU dice que los intereses de PP y SP pasan por la construcción en el Malecón y yo me pregunto hasta cuánto se va a difamar y manipular gratuitamente y sin que desde IP/SP se tomen ya medidas contra esta viles y barriobajeras acusaciones.

    1. Hola 65, 66,67, 68..¿realmente piensas que ese medio y partido puede difamar y manipular la realidad?
      La gente puede ser muchas cosas pero no es tonta y aunque de vez en cuando se debe salir en prensa para enseñar y vender lo que se hace, la realidad , es la que es y el tiempo pone a todo el mundo en su sitio , esa es una de las mejores medidas que se puede tomar frente al desprestigio injustificado , de aquellos a quienes nombras.

      Respecto al artículo del Sr. Piró , simplemente magnífico.

  3. Sigo pensando que José María Piró es el gran utilizado, no llego a entender porqué o que oculta los que creo que le escriben los artículos, pero yo no quedo convencida en cuanto a su autoría, allá tú. Por cierto ya no voy a insistir más en lo mismo, ya sabéis de sobra lo que creo y pienso. Saludos

  4. Desconozco si el Sr. José Mª Piró Rodríguez ha intentado publicar este artículo en otros medios. Quizá sea esto mismo lo que ha molestado a “Patricia”. Conociendo las intenciones que mueven a algunas redacciones que disfrazan su apoyo a un público proyecto arenístico con un único fin hacia los ingresos provenientes de la argamasa privada –que tiempos aquellos de dimisiones por los oscuros intereses-; se puede entender que el Sr. Piró ni siquiera intente su publicación en algunos medios. Una pena. Buenísima su prosa, su cadencia y tempo, su templanza y firmeza a la vez, su fidelidad a si mismo y su estilo para acusar y denunciar sin levantar un ápice el tono de su voz. Ya quisiéramos. ¿Y dice “Patricia” que este artículo ha podido ser escrito por el nieto del Sr. Piró? ¿Por algún-a amigo-a de la proximidad? No lo creo posible y más en una persona que tiene el osado atrevimiento de firmar con su nombre en un gesto de honesta valentía. Lo que sí creo es que “Patricia” tira la caña para ver qué pesca y sin considerar el daño moral que pueda hacer. Dudando de que cualquier persona sea capaz de juntar más de dos letras con sentido lógico y, como es el caso que nos ocupa, con incluida estética. Como se ve, ni un pez en las redes.

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