Por Ramón García Ortín

Cuando se habla del proyecto de Costas para la playa de El Puerto, hay una coincidencia total de todas las entidades y ciudadanos, en la necesidad de una intervención a fondo en toda la franja litoral de dominio marítimo terrestre comprendida entre el Pantalán y la desembocadura del Palancia. Donde existen serias discrepancias es en el proyecto esbozado por la Demarcación de Costas.

Del proyecto lo único que parece que está detallado es que la fase previa pasa por llevarse 400.000 metros cúbicos de arena y lo que lleva aparejado, suprimir mas de 250.000 metros cuadrados de playa.

Los ciudadanos e instituciones defensoras del boceto presentado sustentan su principal argumento en los 20 millones de euros de inversión, que se va a gastar el Ministerio de Medio Ambiente, para adecentar la zona (que falta le hace y que a nadie he oído que no se inviertan).

Pongamos en una balanza lo que se llevan y lo que dicen que dejarán luego. Los 400.000 metros cúbicos de arena, a 30 ó 40 euros el m3 (precio de mercado), tienen un valor entre 12 y 16 millones de euros. Y el valor del terreno ¡que gana el mar!, (tomando como referencia las ultimas sentencias judiciales sobre valor del suelo) puede rondar los 60 o 70 millones de euros (dejándolo a mitad de precio). En total, dicen que van a invertir 20 pero que antes se van a llevar unos 80 millones de euros. Desde el punto de vista económico el proyecto no es una inversión, es un Expolio.

Si hacemos algo de historia y vemos cómo se han ganado esos terrenos al mar, resulta todavía más indignante. La construcción del pantalán en los años 70, se comió entre 75 y100 metros a todo lo ancho de la playa, y como suele ser habitual, a los que hicieron el proyecto y lo autorizaron, entre ellos Costas, se les «olvidó» que, cerca de él vivían ciudadanos y no tuvieron ni el más mínimo miramiento en situar los depósitos de mineral al lado de las viviendas, lo que convirtió el barrio de la marina en una zona degradada y difícil para vivir debido los problemas ocasionados por el polvo de mineral de hierro. Y esto duró hasta que Menera se fue a pique.

El aporte de arena a la playa, con el consiguiente terreno ganado al mar, ha sido en gran parte debido a la construcción de esta instalación que tantas molestias causó en su tiempo, y ese terreno, que es suelo público, ahora se lo quieren llevar. Hay quienes siguen pensando que los ciudadanos de nuestro pueblo sólo tenemos derecho a los humos y malos olores, al ruido, al polvo y al sudor.

El Delegado del Gobierno, el señor Ricardo Peralta, ha hecho una gira por El Puerto, reuniéndose con quienes supone pueden ayudarle a vender el proyecto, pero leyendo la entrevista que el director de este periódico le hizo el pasado agosto, podemos concluir que en su nuevo oficio, como vendedor de motos, no tiene mucho futuro. Porque su discurso hace agua por los cuatro costados. Compara nuestra playa con la de Gandía y dice que de allí se transvasaron 200.000 metros cúbicos a las de Miramar, Bellreguard y Piles y que todo ha sido una maravilla. Pero no habla para nada de las diferencias sustanciales con nuestro caso, estas playas además de estar al sur del puerto, el mar llegaba prácticamente al paseo marítimo (que en su día hizo o autorizó Costas) pero las de Corinto, Malvarrosa y Almardá no están en esta situación, aunque se pueda y deban mejorar pero no a costa de la de El Puerto, hay que buscar otro tipo de actuación para ellas. Porque además estas playas tienen una ocupación estacional y limitada mientras que en El Puerto la playa forma parte del espacio urbano (en Gandía está a tres kilómetros) con más de 40.000 vecinos pegados a ella, que además de trabajar queremos vivir en condiciones dignas, y nuestra ciudad está falta de dotaciones públicas y zonas verdes. Para que nos demos una idea de la superficie que quieren llevarse, decir que en ella cabrían 25 institutos como el María Moliner, o 5 Sanatorios, con Triangulo Umbral incluido.

Y lo que resulta ofensivo es que el señor Peralta nos diga que: o se hace este proyecto (es decir se llevan la arena y parte de la playa) o no se hace nada.

Los movimientos de tierras siempre se hacen para ganar terrenos al mar, al contrario, como intentan hacer, ganar mar a la tierra, es una propuesta tan estrafalaria, escandalosa y tan falta de lógica que hay que pensar que detrás hay mucho más que un proyecto puramente técnico.

Siguiendo la trayectoria del señor Delegado del Gobierno vemos que su primera actuación en El Puerto fue llevar a cabo un despliegue policial sin precedentes para entrar a saco en el delta del Palancia.

En la actualidad está empecinado en que no se celebren plenos de la Corporación en El Puerto.

El día 15 de agosto, en las cucañas, de nuevo hizo otra exhibición de fuerza pública, con la excusa de que no se tiraran patos al agua.

Ahora nos quiere humillar con el tema de la playa, que sólo tiene explicación si la enmarcamos en la línea de las anteriores actuaciones y que no es otra que borrarnos del mapa como pueblo.

Desde el Ayuntamiento y otras instituciones supramunicipales se llevan décadas sin escatimar recursos y esfuerzos para que El Puerto crezca hacia el Oeste, hacia Sagunto, sin importarles las consecuencias, y resulta que ahora el Mediterráneo lo hace crecer al contrario, hacia el Este ¡Pues nada, todo lo que crezca por este lado se elimina!.

Puede que con algún despliegue de fuerza pública, a los que empezamos a estar acostumbrados, impongan su proyecto, pero no nos convencerán.