El “Día de la Marmota” o “Atrapado en el tiempo” (así titulada en España) es una película estadounidense, dentro del cine fantástico, en el que el protagonista acude al pequeño pueblo de Punxsutawney a retransmitir el comportamiento de una marmota que determina cuánto tiempo queda hasta que termine el invierno; debido a una tormenta de nieve deberá pasar la noche en el pueblo, pero a la mañana siguiente, misteriosamente volverá a vivir el mismo día. Y así, sucesivamente.

    Pues bien, esto es exactamente lo que está ocurriendo con la moción presentada por IP para que el Ayuntamiento de Sagunto levante una estatua a Ramón de La Sota y Llano, considerado el fundador de Puerto Sagunto por los historiadores. Recurrentemente la volvemos a presentar porque recurrentemente vemos que se incumple y no se lleva a cabo.

   La primera de las mociones al respecto se presentó en 2010, la última en el Pleno de este mes, tras dos intentos más fracasadas en esta misma legislatura. En la primera de ellas ante la petición del PSOE (tan cambiante en esta cuestión y en otras como veleta en día de tormenta) se retiró para su “estudio” en la Comisión de Cultura, cosa que evidentemente no se materializó; la segunda fue rechazada al encontrarnos en minoría los partidos favorables tras la expulsión de los concejales del PP y repetir el alcalde la votación hasta conseguir su objetivo denegatorio.

   Esta vez si salió adelante, con los votos a favor de IP, C’s y PP, la abstención de Compromís y PSOE (tras asegurar su voto a favor), y los votos en contra de EU y ADN Morvedre (salvo Abelleira que se abstuvo).

   Pero al igual que en la película volveremos a levantarnos con la sensación que no habrá pasado el tiempo y la historia se repite, pues el cuatripartito de progreso, al igual que hizo el PP, no va a mover un dedo en hacer esta estatua. Y no lo harán porque ello implica un reconocimiento oficial a una figura histórica que esencial para comprender nuestra historia como pueblo, y que nos identifica como porteños, algo contra lo que todos los partidos políticos, todos, luchan insistentemente con mayor o menor atino, con mayor o menor cinismo o hipocresía, y muy especialmente desde que IP apareciera en la agenda política municipal.

   En esto y en otras muchas cosas no hay gran diferencia entre los partidos, todos abogan porque las señas de identidad de El Puerto permanezcan escondidas o apagadas, no sea cosa que despierte el gigante dormido y acabe el “idilio saguntino”. Porque no nos engañemos ¿en qué se diferencia el trato que da este cuatripartito a los porteños del que daba el PP? Básicamente en las formas, porque en el fondo es lo mismo. Ambos gobiernos han apostado por esa imaginaria ciudad global donde todo es Sagunto y donde el presupuesto municipal no se reparta equitativamente según criterios de población, donde el Patrimonio romano prevalece sobre el Industrial, donde la oferta cultura se centra en Sagunto, donde no se descentralizan servicios municipales hacia El Puerto (incluso ahora asistimos a la inversa, se están perdiendo servicios en El Puerto como el de Mercados), donde seguimos pésimamente comunicados con Canet o sin el ansiado tren de cercanías por el que nadie mueve un dedo, total ya hay estación en Sagunto.

   Los porteños estamos atrapados en el tiempo (hay incluso quien afirma que retrocedemos), en un tiempo electoral del que sólo podremos salir en una apuesta firme y decisiva por El Puerto.
Sergio Paz Compañ

Concejal en el ayuntamiento de Sgto.