¿LOS POR QUÉ DE UNA ESTATUA A RAMÓN DE LA SOTA? – Sergio Paz (Concejal de Iniciativa Porteña)

 

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   El pasado Pleno Iniciativa Porteña volvió a presentar una moción para que el Ayuntamiento de Sagunto levante una estatua a Ramón de La Sota y Llano. Y no era la primera vez. Ya se hizo lo mismo en septiembre de 2010. Se aprobó levantar el monumento al fundador de El Puerto, pero como el que oye llover se hizo caso omiso, como en tantas otras mociones aprobadas y no ejecutadas. La verdad es que después de unos cuantos años en política no sé para qué sirven presentar mociones que si se aprueban y no son del gusto de quien gobierna, simplemente se incumplen. Así lo ha hecho todos estos años el PP, y los chicos del tripartito de «progreso» llevan la misma marcha.

     Esta vez retiramos la moción con el consenso entre los partidos de trasladar el tema a la Comisión de Cultura para – espero esta vez que si- llevarlo a la práctica.

    No obstante no faltaron voces disidentes con el asunto, que como no podía ser de otra forma se oyeren desde EU, que condena sin remisión homenaje alguno a cualquier empresario, aunque sea de la talla histórica de Ramón de la Sota y haya tenido tan gran repercusión social.

        Pero ¿cuáles fueron los méritos de este empresario vasco?

        En primer lugar su gran visión empresarial, como consiguió controlar todo el proceso siderúrgico desde la extracción de mineral de hierro, su transporte ferroviario hasta un puerto marítimo, para transformar aquí esta materia prima en acero, exportando al mismo tiempo los excedentes mineros a los mercados europeos (principalmente ingleses) y traer en el barco de retorno el imprescindible carbón para los altos hornos. Todo ello apoyado por su propia flota mercante, banca y compañía de seguros.

     En segundo lugar porque su acción empresarial y su decisión más importante, cual fue la elección de un lugar para ubicar el embarcadero primero y posteriormente la siderúrgica, dio origen al surgimiento de un nuevo pueblo. Así lo recoge la historia, diversos estudiosos e historiadores de gran prestigio hablan del Sir (caballero de la Orden del Imperio Británico, título otorgado por Jorge V de Inglaterra por su contribución en el abastecimiento de mineral de hierro durante la I Guerra Mundial, donde perdió 20 cargueros por ataques de submarinos alemanes) como fundador de Puerto Sagunto, dando origen al nacimiento de una ciudad al calor de las instalaciones portuarias y siderúrgicas. Simplemente sin él, El Puerto no existiría.

        En tercero porque ello permitió a muchos emigrantes llegados de todos los rincones de España mejorar sus condiciones de vida y aspirar a un futuro mejor que en sus zonas de origen, construyendo con sus trabajo y esfuerzo un nueva sociedad, a la que los expertos definieron como ciudad factoría.

       Y en cuarto lugar porque Ramón de la Sota merece el reconocimiento oficial que los avatares de la historia bajo un régimen dictatorial le negaron. Un reconocimiento que ha de ir más allá de su nombre en una plaza, pues su figura trasciende a la de los otros muchos que el municipio reconoció en su callejero.

         Y por último porque forma parte de nuestra historia colectiva, de nuestra memoria histórica, fresca todavía en mucha gente. Porque es historia de nuestro pueblo y nos identifica como porteños.

Sergio Paz Compañ

Concejal de Iniciativa Porteña

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