Siempre intento mantener el máximo respeto hacia aquellas personas que no comparten mis planteamientos políticos. En ocasiones he de reconocer que me cuesta bastante, ante determinados individuos que utilizan el insulto como medio de provocación, buscando que se me salten los plomos.

Últimamente personas disfrazadas de tolerantes o que por lo menos presumen de ello, utilizan de manera más o menos habitual el insulto para dirigirse a mi persona. Entre las ofensas que profieren destaca la palabra “feixiste” porque normalmente hablan en valenciano que parece como que les suena más chuly, un término que bien podrían autoaplicarse dada su intolerancia hacia otras ideas, que parece ser no pueden soportar. Tal y como recoge la wikipedia, ya en 1944 el término “fascista” se había extendido tanto en su uso, que el ensayista y novelista británico George Orwell escribió:

“Parecería que, tal como se usa, la palabra «fascismo» ha quedado casi totalmente desprovista de sentido. En las conversaciones, por supuesto, se usa casi más ampliamente que en prensa. La he oído aplicada a granjeros, tenderos, al Crédito Social, al castigo corporal, a la caza del zorro, a las corridas de toros, al Comité 1922, al Comité 1941, a Kipling, a Gandhi, a Chiang Kai-Shek, a la homosexualidad, a las transmisiones de Priestley, a los albergues juveniles, a la astrología, a las mujeres, a los perros y a no sé cuántas cosas más”

Pues bien, parece ser tan bajo el nivel de conocimiento de estos progres de nuevo cuño que no tienen ni idea de lo que dicen, ni a quien se dirigen con este término, pues les llevo años luz de ventaja en mi forma de ver y entender a los demás. Con esta gente de comportamiento sectario y oscuro, no se puede jugar, pues o estás con ellos, o necesariamente estás contra ellos.

Sin ir más lejos, ayer cuando volvía de mi última comisión a coger el coche, me detuve ante la fachada del Ayuntamiento. Allí me paré a fotografiar las banderas que cuelgan en los mástiles del balcón, con especial atención a la de Sagunto, que hasta ahora la conocía con una franja roja en uno de sus extremos, pero que en este caso era una bandera cuatribarrada, como la bandera de Aragón para que me entiendan. Un personaje que ocupa un importante cargo institucional se dirigió a mí, preguntándome porque hacía las fotos. Le comenté que había llamado mi curiosidad la falta de esa franja roja y le pregunté si la bandera del balcón era la oficial. Este individuo, me contestó que lo de la franja roja era una mentira que se había inventado alguien. Le dije que esperaba que el Nou d’Octubre se rindiera homenaje a la Reial Senyera, y no a otra bandera, lo cual levantó las iras de este señor que me espetó: “vés-te’n al teu poble”… ya sé que no es un valenciano muy normativo pero así lo soltó, lo cual me conduce a pensar que este señor tenía problemas de dicción, bien por un golpe de calor o quizá por otros motivos. La cosa no quedó ahí.

Como ustedes saben los miércoles es día de mercado en Sagunto, por lo que había bastante cola de vehículos y tuve que detener mi vehículo en el Camí Reial. Cual fue mi sorpresa cuando este tipo se acercó y eso sí, llevaba ventanilla bajada, por lo que pudo hablarme desde una posición muy cercana; comenzó entonces con una sarta de insultos, que no voy a reproducir, salvo uno que profirió en varias ocasiones, feixiste, feixiste, feixiste… también insistió en acusarme de provocador, cuando en todo caso era al revés. En ese momento supe que lo que buscaba este señor es una mala reacción por mi parte, pero ya les he explicado que esta gente me conoce bien poco y supe controlar la situación.

Es cierto que me calenté, pues soy humano, y en mi contra he de reconocer que respondí con sus mismas técnicas ofensivas, pero eso sí, con una correcta dicción, algo que no puedo decir de este otro señor.

Me temo que los insultos hacia mi persona o mentando a mi familia, son una estrategia calculada, pues ya han sido varios individuos los que han utilizado esta técnica, teniendo como característica común, que son simpatizantes o conocidos miembros de un partido nacionalista valenciano con representación en el Ayuntamiento. De hecho, tengo pendiente ir a prestar declaración por las faltas graves dirigidas contra mí en redes sociales por uno de ellos. Además Iniciativa Porteña pedirá que el ayuntamiento emprenda acciones disciplinarias contra un funcionario que bajo nuestro criterio faltó de manera grave a varios concejales. Espero que en este caso el señor Alcalde no actúe como encubridor de uno de los suyos.

Las malas formas los describen y ante la falta de argumentos para rebatir o convencer a los de Iniciativa Porteña, vienen con estas técnicas propias de personas de baja calidad humana o intelectual. Sin embargo, una característica muy común entre ellos, es que son sectarios y se creen por encima del resto del mundo, problemente porque corre por sus venas una dosis mal admistrada de ese nacionalismo cada vez más rancio que representan. En cuanto a lo de fascistas, solo hace falta recurrir a la definición del diccionario de la RAE, que en su tercera acepción dice que fascista es ser “excesivamente autoritario” y en ese sentido, solo hace falta ver como actúan estos falsos progres, y más concretamente el Alcalde en cada Pleno. Demuestran con su asalto a la democracia, con su desobediencia a la mayoría del Pleno, que precisamente el feixisme, está en el lado contrario al que ellos piensan.

                        Atentamente:

                        Manuel González Sánchez

                        Creyente y defensor de un Estado social y democrático de derecho