El expresidente Adolfo Suarez dijo en su primer discurso televiso durante la transición la siguiente frase: “Elevar a la categoría política de normal, lo que a nivel de calle es plenamente normal”. Pues bien, algo tan aparentemente sencillo y democrático, en la enrevesada política municipal se convierte en tabú, casi 40 años después de iniciada la transición.
Y es que el lenguaje utilizado por muchos políticos se encuentra a años luz de la calle y por consiguiente del ciudadano, algo palpable para cualquiera que haya asistido a un Pleno Municipal. Y no se trata de emplear un lenguaje barriobajero -a veces por desgracia algunos si emplean la grosería y el insulto- sino en hacer entendible lo complicado, sencillo lo que es sencillo y hablar con las palabras del ciudadano, huyendo de reiteraciones innecesarias y acortando discursos cargados de autocomplacencia.
En este tipo de lenguaje políticamente correcto se enmarca el nombre de nuestro pueblo, que a nivel de calle casi todos llaman “El Puerto” (a veces también “Puerto”, como el grito de ánimo de la gran hinchada del balonmano Puerto Sagunto) y que podemos observar en numerosos establecimientos, asociaciones o equipos deportivos, incluso aparece reflejado en la cartografía y sin embargo es palabra maldita en política. Curiosamente y antes que se asentara la democracia podíamos encontrar este topónimo a la entrada de la localidad por la antigua N-237 (carretera Sagunto a El Puerto), a la altura del barrio de “El Congo” y también en el mismo Sagunto en la antigua N-340 de Barcelona, y nadie por ello lo censuraba o se desgarraba las vestiduras. Sin embargo los políticos convencionales “creen” que les puede salir una especie de sarpullido y la inmediata defenestración política si pronuncian las palabras malditas de El Puerto.
Obviamente también en la calle decimos con total naturalidad Puerto de Sagunto o Puerto Sagunto, sin la preposición de que implica connotaciones de pertenencia a algo, y evidentemente remarca más la identidad. No sería el primer pueblo que posee varias denominaciones y las utiliza con total normalidad. Pero claro, lo que en cualquier pueblo sería normal, aquí en este municipio dual, entra de lleno en lo políticamente incorrecto y en observar con lupa si pudiera o no tener visos segregacionistas.
Recordemos que en aquel famoso Pleno del topónimo en la primavera de 2004 en el que se aprobó a regañadientes el topónimo Puerto de Sagunto, se adoptó esta denominación como “oficial” para no molestar al estamento político dominante, ni levantar ampollas entre el “saguntinismo” más sectario. Acuerdo plenario que 10 años después sigue en demasiadas ocasiones omitiéndose, por lo que no estaría demás recordar aquello de El Puerto existe. Buen ejemplo de ello lo encontramos en la señalización vial de las autopistas o carreteras que se acercan hasta EL Puerto, en donde el topónimo Puerto de Sagunto no aparece prácticamente hasta cuando ya divisamos la localidad, o aparece con abreviatura innecesarias y que llevan a la confusión al foráneo, como la de P. de Sagunto.
Pues no señores no, no pasa nada, hablen como habla el pueblo y escuchen la voz de la calle, porque si me lo permiten y volviendo a Suarez, “El futuro no está escrito, porque sólo el pueblo puede escribirlo”.
Sergio Paz Compañ
Concejal de Iniciativa Porteña
